El evento de lanzamiento de Fiat Toro (ver nota) que la marca realizó en El Calafate la semana pasada tuvo, por esas cosas del tiempo, un cambio de planes que nos “obligó” a tener que manejar la pick-up mucho más de lo previsto.
Porque además del test drive desde el Parque Nacional Los Glaciares hasta el centro de Calafate y desde ahí hacia Cerro Frías, donde tuvo lugar la prueba off road, pudimos manejar (y viajar como pasajeros) desde El Calafate hasta Río Gallegos.
El cierre por niebla del aeropuerto complicó a los organizadores, quienes debieron moverse rápidamente y asegurar nuestro regreso a Buenos Aires en pocos minutos y con nula disponibilidad de vuelos (¡pero lo lograron!). Como se suele decir, “crisis es oportunidad” y en este caso un escenario crítico nos dio la oportunidad de conocer el producto más a fondo, durante algo más de 300 km.
A continuación, un punteo de las primeras sensaciones que nos dejó la Fiat Toro:
-Primero manejamos la versión Volcano AT9 4WD y la caja nos gustó mucho, con buen pasaje de marchas y rápida reacción.
-El motor es silencioso, no presenta vibraciones y se lo nota ágil.
-La posición de manejo es similar a la de un SUV compacto, con todas las regulaciones posibles de butaca (eléctrica) y de columna de dirección.
-Tiene una dirección muy dócil y al mismo tiempo firme a alta velocidad.
-La visibilidad hacia atrás es limitada, ya que -como era de esperar- la caja de carga ocupa buena parte del campo visual cuando miramos por el espejo retrovisor interno.
-En el tránsito fuera de asfalto (tierra y ripio) mostró un comportamiento sólido, sin golpes, sin ingreso de polvo y sin ruidos de encastres o grillos en el interior.
-La suspensión denotó buenos recorridos sin rebotes (recordemos que la trasera es Multilink).
-Las plazas traseras son cómodas para dos adultos: viajamos unos 200 km atrás y no lo padecimos; el ánngulo del respaldo es bueno como así también el espacio para rodillas y cabeza. Fue como viajar en un sedán mediano.
-Notamos la ausencia de salidas de aire y calefacción en las plazas traseras y destacamos (en la noche) que cada plaza externa tiene su propia luz de lectura que no molesta al resto.
-En segundo lugar probamos la versión Freedom 4WD con caja manual de sexta. Si bien las relaciones nos parecieron correctas, no nos gustó cómo entran los cambios pares (ubicados abajo); durante todo el manejo no nos acostumbramos y nos quedaba la duda de si la segunda y la cuarta marcha estaban correctamente conectadas.
Próximamente estaremos tomando contacto con la Fiat Toro para probarla más en profundidad y corroborar algunas de estas cuestiones.
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