“¿Este es el que se hace en Brasil, no?”. “¿Qué tal anda, es 4×4?”. “¿Qué motor tiene, no hay diesel?”. “¡Qué lindo que está!”. Estas y otras cosas nos dijeron algunos curiosos que se detuvieron a ver el Jeep Renegade Sport + durante la semana en la que lo tuvimos para este contacto. Hacía bastante tiempo que no nos sucedía y claramente tiene que ver con que es un vehículo que no pasa desapercibido, mucho menos si se trata de una unidad Colorado Red.
El diseño tan particular, con esa parrilla de siete barras verticales es la marca distintiva, la “cara” de un producto global con reconocimiento mundial y que por primera vez se fabrica en el Mercosur bajo la estructura de FCA Automobiles. Luce como lo que es, un digno hermano menor del Patriot (o del Compass de generación anterior).
De todos modos, hay que decirlo, a pesar de estar hecho en la región no es un vehículo accesible sino que el posicionamiento que Jeep quiere darle lo ubican un escalón por encima, al alcance de esos clientes que quieren (y pueden) diferenciarse y captar la atención en el tránsito cotidiano. Como nos pasó a nosotros, sin buscarlo.
A bordo
¿Jeep y brasileño? No, alto. A despojarse rápidamente de prejuicios. No estamos ante un vehículo espartano, despojado y/o mal terminado. Todo lo contrario, porque así de cuidado como se lo ve estéticamente por fuera lo es por dentro, con el agregado de una serie de detalles y guiños a la historia de la marca que le aportan un condimento extra.
En la jerga se los denominan “huevos de Pascua”, porque uno los va encontrando de casualidad. ¿A qué nos refereimos? Al logo de Jeep en el marco de los parlantes de las puertas y el centro de los faros traseros, la silueta de un Willys en el marco del parabrisas, el “Since 1941” (año de inicio de producción del Willys) en el marco de la pantalla, los mapas en los portaobjetos y una mancha tipo salpicadura de barro en la zona alta del cuentavueltas, entre otros.
Los tapizados son de tela rústica en tonos grises pero muy agradables al tacto y con la marca estampada, y se combinan muy bien con los plásticos oscuros con buenas terminaciones y encastres, que redundan en un habitáculo en el que no se escuchan “grillos”.
La plancha es sobria y lo sobresaliente -más allá de la curiosa agarradera en la plaza del acompañante- está en el cuadro de de instrumentos, que combina dos relojes analógicos y una completa computadora digital, y un volante multifunción. Mientras que en la consola central sorprende el tamaño reducido de la central multimedia Uconnect Touch, con pantalla de apenas 5″, con conectividad para telefonía vía Bluetooth y que en esta versión incluye además navegador, cámara de retroceso y responde a comandos de voz.
Por debajo se ubica el aire acondicionado electrónico (no es climatizador) y los puertos USB, la entrada auxiliar y el toma de 12V. En la puerta del conductor, en tanto, se disponen los mandos del cierre centralizado y de los alza-cristales, que tienen one touch para las cuatro.
Como parte del equipamiento de serie cuenta con freno de mano eléctrico, sensor de estacionamiento trasero, faros anti-niebla delanteros y traseros, control de velocidad crucero y espejos retrovisores eléctricos.
Pero más allá de esto, hay que resaltar la amplitud que se aprecia tanto desde el puesto de conducción como en las plazas traseras donde dos y hasta tres adultos altos pueden viajan cómodamente sentados. Los 2.570 mm de distancia entre ejes están bien aprovechados en este SUV de tan solo 4.232 mm de largo, 1.798 mm de ancho y 1.666 mm de altura.
Donde pierde es en capacidad de carga, ya que el volumen del baúl es de 260 litros, algo que lo ubica lejos de sus rivales del segmento, muy lejos de los 475 litros de la Renault Duster y sin llegar a alcanzar los 306 litros de la Chevrolet Tracker.
Lo positivo es que la boca es amplia y el piso plano, y que el neumático de auxilio es homogéneo, con llanta de chapa; por esas cosas del destino, nos tocó usarlo y comprobar la importancia de su ubicación dentro del baúl y que el tamaño sea el mismo.
Al volante
El volante tiene un muy buen grip, está forrado en cuero y tiene un aro de buen tamaño, lo que favorece a la comodidad en combinación con una butaca con ajustes manuales con destacable sujeción lateral.
La insonorización es buena en gran medida por contar con doble burlete, algo que también impide el ingreso de viento, aún a alta velocidad. Y el motor, que a más de 130 km/h viaja en un régimen alto, apenas exhibe cierta rumorosidad, sin llegar a ser molesto.
El E.torQ Evo de cuatro cilindros, 16v nafta de 1.8 litros está algo “justo” para este modelo, lo cual casi nos obliga a imaginar cómo le calzaría el Multijet turbodiesel de 170 cv que monta su “prima” la pick-up Fiat Toro, que tan buena impresión nos dejó (ver nota).
La potencia en este caso es de 130 cv @ 6.250 rpm y el torque máximo de 182 Nm se encuentra a las 3.750 rpm.
El funcionamiento de la caja manual de 5 velocidades es correcto, con una selectora precisa, aunque preferiríamos una relación algo más corta para la ciudad. Como el par motor está en un régimen mayor al que uno suele alcanzar a diario, no se muestra ágil en el tránsito urbano, en contrapartida se desenvuelve con buena reacción y recuperos al salir a la ruta.
En lo referente al consumo, las cifras son mejorables aunque predecibles por su diseño y características: a 100 km/h a un régimen de 2.700 rpm y acusa un consumo de 12,4 km/l, en tanto a 120 km/h lo hace a 3.300 rpm y acusa 10,6 km/l, mientras que a 130 km/h viaja a 3.600 rpm y nos dio 9,7 km/l.
Hay que reconocer que aunque a priori uno cree estar subiendo a un vehículo “duro” o incómodo, el Renegade precisamente se caracteriza por lo opuesto. Su comportamiento dinámico es uno de sus aspectos a destacar, así como su confort de marcha, digno de los mejores exponentes del segmento de los SUV compactos, a pesar de tener un rodado grande y un neumático como el Bridgestone Dueler HT 215/65 R16.
Asimismo, se lo nota muy firme, aplomado y sin vicios a pesar de ser un vehículo no muy alto pero sí con recorridos amplios de suspensión aunque se trate de la versión 4×2.
De todos modos, cuenta (se serie) con múltiples asistencias electrónicas como el Control de Estabilidad y Tracción, el Control de Balanceo de Trailer (cuando llevamos un remolque), el Control Electrónico de Mitigación de rolido y el Control de Ascenso en Pendiente; todos ellos minimizan los riesgos ante maniobras bruscas, inesperadas o errores que podamos cometer.
Los frenos, en tanto, son de disco en las cuatro ruedas con ABS y responden con firmeza tanto en asfalto como sobre tierra, con el agregado de contar con el Asistente de Frenada (BAS), que reduce la distancia ante una emergencia. A esta completa dotación de seguridad se le agregan siete airbags, ganchos ISOFIX para sillas de niños, y el conjunto le ha valido ganar 5 estrellas en los test de Latin NCAP.
¿Caja automática? La novedosa transmisión automática de nueve marchas llegará próximamente con la versión Longitude, asociada al motor Tigershark de 2.4 litros y 187 cv @ 6.250 rpm que cuenta con doble tracción Active Drive. Ya lo probaremos oportunamente.
Conclusión
El Renegade no defrauda a quienes ya conocen la marca y saben lo que ofrece un Jeep, ni a aquellos que se acercan por primera vez. El combo está dado por un vehículo de diseño singular, bien equipado (sobre todo en seguridad) con una mecánica algo ajustada y gran habitabilidad.
Los peros están más que claros (poco baúl y falta de reacción del motor) y habrá que ver si se incluye entre ellos el precio, aunque la relación precio-calidad está más que acorde y compite de igual a igual con los mejores del segmento.
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DISEÑO
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MECÁNICA
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SEGURIDAD
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EQUIPAMIENTO
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COMODIDAD