“Hice la última vuelta llorando. Creo que nunca lloré tanto en mi vida. Para mí fue como ganar el Mundial de Formula 1.” Eso le dijo Pablo Pérez Companc al diario deportivo Olé tras su triunfo de ayer al mando de un auto de GT2000, que corrió en La Plata.
El joven piloto de 25 años se accidentó el 24 de marzo del año pasado en lo que era su debut en la Indy Pro Series; se rozó con otro auto y chocó violentamente contra el paredón del circuito de Homestead, Miami y a causa del impacto sufrió múltiples fracturas en sus piernas y se temió por su vida.
“Esta semana viajo a Estados Unidos, donde me van a volver a operar. Me fijarán el tobillo derecho, como el izquierdo, porque tengo artrosis y me cuesta mucho caminar”, agregó Pablo quien se quedará al menos un mes y medio en EE.UU. siguiendo la recuperación que estima será de al menos cinco meses. Luego, regresará al país para tratar de volver a competir en GT2000, la categoría de prototipos local, y continuar haciendo lo que más le gusta.