Esta vuelta del automovilismo argentino a Europa, con un equipo oficial y el respaldo del ACA, es para felicitar sea cual fuere el resultado deportivo, sobre todo en un momento en el cual el cambio es más desfavorable que nunca, donde 1 euro vale más de 5 pesos argentinos. Sin embargo surgen varios interrogantes.
¿Por qué ahora y en esta categoría? La respuesta está relacionada con la posibilidad de recibir en noviembre a la FIA GT en San Luis y la intención de llegar con presencia nacional para atraer más público. ¿Por qué en estas condiciones? La opción que consiguió el ACA a través del equipo francés Larbre Competition fue única: prácticamente le alquiló el auto a mitad de precio de lo que le pedían otros equipos. Es que si bien la Ferrari 550 Maranello es el auto más ganador de la categoría, algo que todos los medios se encargaron de resaltar, ya es casi obsoleto frente a otros como el Aston Martin DBR9, la Ferrari 430 o la Maserati MC 12. De hecho, el auto argentino fue el único en su tipo en salir a pista este fin de semana, algo que nadie parece haber visto. Es más, la 550 Maranello ni siquiera figura en el sitio oficial de la FIA GT como uno de los autos participantes. ¿Esto es malo? Sí y no. Por un lado porque a la falta de experiencia de los pilotos se suma un auto que no es del todo competitivo, y por el otro se cumple con el objetivo de estar, de volver a figurar. La gran pregunta es si la apuesta vale a cualquier precio, aunque sea muy barato. Es más que claro que todos queremos volver a ver la bandera celeste y blanca ondear en un podio internacional, pero no puedo dejar de pensar en la posibilidad de que el fantasma de Minardi sobrevuele otras vez los cascos argentinos.