Según un informe realizado por la Asociación para Políticas Públicas (APP), “416 muertes de bebés de 0 a 1 año en accidentes de tránsito han ocurrido en la Argentina entre 1997 y el 2005, las cuales en muchos casos se habrían podido evitar de haberse utilizado ‘sillas para niños’, ya que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud éstas sirven para reducir en un 71% las muertes de niños en accidentes”.
Según este relevamiento, que se basó en datos del Ministerio de Salud de la Nación, el 53,8% de las víctimas fatales viajaba en automóvil, el 5,4% en camioneta, el 2,2% en +omnibus, el 2,2% en moto, el 1,8% en bicicleta y el 1,4% en transporte pesado. El 32,6% era peatón y el 0,7% restante viajaba a caballo o en un vehículo con tracción animal.
El 47,7% de estos menores encontraron la muerte en una colisión contra otro auto; el 30,1% contra un ómnibus o vehículo de transporte pesado; un 2% contra una moto; un 1,4% con vehículos de pedal o son motor; el 1,3% contra un objeto fijo o estacionado; otro 1.3% contra un peatón o animal. Y cabe resaltar que el 16.3% murió en un accidente sin colisión, por ejemplo, en una frenada brusca.
San Luis lidera el ranking de provincias con la mortalidad en bebés más alta cada 100 mil habitantes, con una tasa de 0,48; seguido de La Rioja, con 0,42; y La Pampa y Catamarca que tienen una tasa de 0,37. El resto de las provincias: Santa Cruz 0,34; Tierra del Fuego 0,33; Mendoza 0,28; Neuquén 0,28; Misiones 0,28; Chubut 0,27; Salta 0,27; Jujuy 0,25; Chaco 0,25; San Juan 0,20; Río Negro 0,18; Santiago del Estero 0,18; Córdoba 0,17; Formosa 0,16; Corrientes 0,13; Santa Fe 0,12; Tucumán 0,07; Entre Ríos 0,05; Buenos Aires 0,05; Ciudad de Buenos Aires 0,04.
Buenos Aires registra el mayor número de víctimas fatales entre 1997 y 2005, con 57, pero se ubica penúltima por su importante densidad poblacional.
Según la APP, estas cifras se explican “por cuestiones como infraestructura vial, cantidad y tipo de uso del transporte, cultura vial y aplicación de las normas en general”. Y agrega que también está relacionado con “una mayor o menor utilización de ‘sillas para niños’ cuyo uso no es obligatorio en todas las provincias (…) Además su uso no es obligatorio en ómnibus donde inclusive los bebés suelen ser llevados en brazos“.
¿Cuántas veces vemos a chicos parados entre los asientos delanteros? ¿Y acostados en la luneta trasera? O peor, ¿sentados sobre quien viaja como acompañante?
Este es un claro caso donde no necesitamos de nuestros ineptos gobernantes para revertir las estadísticas. No esperemos a que nos obliguen a usarlas, todo padre debe llevar a su bebé en el asiento trasero con su correspondiente silla homologada; hay sillas desde 200 pesos; además se las puede comprar usadas por internet o prestar entre miembros de la familia, amigos, etc. Y se viaja de una provincia a otra en micro, se debe ir con la silla, aunque sea incómodo. No se debe ver la compra de este elemento como un gasto sino como una inversión.