Trascender en la alta competencia, cualquiera sea la disciplina, no es nada sencillo; nunca lo fue y mucho menos ahora, con el profesionalismo existente y millones de dólares e intereses detrás. Por eso, y aunque una circunstancia meteorológica haya sido la principal causa del resultado, Sebastian Vettel tiene bien ganada su primera carrera la Fórmula 1. ¿Quién? Sí, Vettel, el piloto alemán de Toro Rosso (ex Minardi), quien con apenas 21 años hizo la pole position el sábado y el domingo -ayudado por la lluvia y una buena estrategia- también ganó su primera carrera, nada menos que en el trazado italiano de Monza. De esta manera, Vettel se transformó en el piloto más joven de la historia de la máxima en quedarse con la pole y en vencer en un gran premio.
Su plan de carrera de dos detenciones y el acierto en la segunda de ellas de calzar neumáticos intermedios le permitieron recuperar el terreno perdido a medida que la pista se fue secando, en colaboración -claro- con su poderoso motor desarrollado por Ferrari.
El finés Heikki Kovalainen, con McLaren-Mercedes, y el polaco Robert Kubica, con BMW-Sauber, completaron el podio del mítico Monza.
“El récord que me interesa más es el de campeón más joven del mundo”, declaró Fernando Alonso, quien fue cuarto en la carrera. Claro, todos fueron a buscar la declaración del asturiano porque aún ostenta la marca de ser el campeón más joven de la Fórmula 1, obtenido el 25 de septiembre de 2005, cuando tenía 24 años y 58 días.
El británico Lewis Hamilton pudo habérselo arrebatado la temporada pasada pero cometió errores que lo dejaron en la puerta; esta temporada, aún con 23 años, va por la revancha: tras Monza, el piloto de McLaren quedó como líder del campeonato pero tan sólo un punto por encima del brasileño Felipe Massa, de Ferrari. La definición -como se suele decir- está abierta.
