“Hay cosas que el dinero no puede comprar”, rezaba con certeza el slogan de una conocida tarjeta de crédito. Sin embargo, hay otras que permiten hacer realidad esos sueños que a muchos de nosotros nos acompañan desde pequeños. Quién no soñó con viajar a Italia, conocer Maranello y manejar una Ferrari por esas calles angostas y acelerar a fondo alguno de sus modelos. Yo sí, pero todavía no pude hacerlo realidad, sin embargo mi amigo y colaborador en Uruguay, Leonardo Pizzano acaba de regresar con ese ítem tachado de su lista de imposibles. Nada mejor que el propio Leonardo para que cuente cómo fue esta experiencia reservada sólo para fanáticos. A empezar a ahorrar, señores.
Comienzo de un día especial
Estábamos en el hotel en Milán y teníamos que llegar a Modena a las 9.45 para encontrarnos con nuestro guía, quien nos llevaría a través de lo que sería uno de esos días que uno nunca olvidará. Digitamos la dirección en el gps de nuestro auto alquilado y empezamos a circular por las calles y avenidas milanesas; cerca de las 7 de la mañaana el tráfico ya era complicado y para colmo no había una sola manzana cuadrada, como estamos acostumbrados nosotros; había que estar atento a cada vuelta que nos indicaba la voz femenina del navegador pero también a las motos, el tranvía, los demás autos, embocarle a la salida en la rotonda. Sin embargo, siempre es una experiencia disfrutable el hecho de manejar en lugares donde uno no conoce.
Al llegar a la Autostrada comenzamos a hacer kilómetros, muy tranquilos ya que había muchos radares y además me asombró no ver a casi nadie a velocidades mayores a 120/130 km/h a pesar de que no hay ningún cruce ni nada que te haga parar, salvo algún peaje.
Punto de partida: Ferrari
Llegamos al punto de encuentro y nos encontramos con Francesco Bini, nuestro guía, quien se presentó en un “inglés a la italiana”, lo que era fantástico, ya que lo hacía muy fácil de entender. Francesco resultó ser un ex empleado de las tres fabricas, Ferrari, Lamborghini y Pagani, por lo cual creó su empresa, Motorstars, aprovechando sus contactos y conocimientos. Su buena predisposición hizo que todo fuera más ameno y disfrutable, y nos dio pie para atosigarlo a preguntas.
Lo primero que hicimos cuando arrancó el tour fue recorrer las afueras de la fábrica de Ferrari, ya que no es posible ingresar; nos mostró el lugar donde se fabrican los motores, el túnel de viento, donde ensamblan los autos, las distintas secciones que van cubriendo las etapas hasta el final donde vimos la clásica puerta por donde salen para ser probados todos y cada uno de los autos. En Ferrari trabajan aproximadamente 3.000 personas de las cuales 1.000 lo hacen en la scuderia de Fórmula 1, el cual tiene otro edificio separado; también pudimos ver la Pista di Fiorano, el circuito privado de Ferrari.
La figura de Enzo Ferrari está representada en muchos de los lugares de la ciudad, ya que sin dudas ha sido un pilar para que Maranello sea lo que es: varios edificios llevan su nombre e incluso una escuela -fundada por Ferrari- donde van muchos jóvenes que hacen un curso de 5 años de donde saldrán los mejores que en el futuro trabajarán para la empresa.
Antes de dirigirnos al Museo Ferrari hicimos una parada muy esperada por todos para manejar una Ferrari 458 Italia y un Lamborghini Gallardo por las calles de Módena.
Primero manejé la Ferrari y me cuesta expresar lo que sentí cuando me dijeron “está pronta”; cuando llegué al estacionamiento había varios otros modelos de Ferrari y se escuchaba el ronquido suave del ralentí de esos 570 cv que estaban esperando para salir a una presión del acelerador.
Me acomodé en la butaca de cuero marrón y quien sería mi acompañante me puso al tanto de algunos detalles como los señaleros (guiños), que en lugar de estar detrás del volante son dos botones en el volante, uno a la derecha y otro a la izquierda. Luego vino la pregunta de si quería manejar todo automático o hacer los cambios con los shiftpads detrás del volante y, obviamente, elegí hacer los cambios de manera manual.
El primer momento especial fue poner marcha atrás, ese contacto inicial con el acelerador y la ausencia de pedal de embrague, solo freno y acelerador. Claro, en la 458 la reversa es un botón que queda en el lugar donde normalmente se encuentra la palanca de cambios. La consola está dominada por una gran esfera con el cuenta revoluciones y una pequeña pantalla en su interior -en la punta izquierda inferior- que indica el cambio en el que estamos. A la derecha de ésta, una pantalla con el navegador y a la izquierda otra pantalla que tiene dos relojes, uno la velocidad y otro la temperatura, aunque también los datos de la computadora de a bordo.
Se siente rara la posición de manejo porque claro uno no está acostumbrado a manejar casi sobre el piso:es muy bajo y ¡es espectacular! Enseguida uno encuentra una posicion cómoda, las butacas son muy envolventes y sujetan bien.
Al salir del estacionamiento enseguida tuve mi primer cruce de calles y ahí pensé que el corazón se me iba a salir del pecho. Al recorrer los primeros metros -y esto es una locura- se me pasaron por la mente momentos de mi infancia soñando con los autos y el deseo de estar en este lugar. Para entonces ya me había hecho la idea de que ese momento lo iba a disfrutar mucho, y así lo hice. No venía nadie, tuve que doblar a la izquierda, lo hice, puse primera, aceleré, el sonido del motor empezó a sonar como el rugido de un león; puse segunda y lo mismo. Aquello no tenía fin y sentir ese sonido tan especial que invadía el habitáculo era una sensación totalmente inédita porque el sonido salía del motor que estaba apenas a unos centímetros detrás de mi, lo que le suma las vibraciones.
Me resultó tan sencilla de manejar que quedé sorprendido de lo cómodo que me sentí. Uno de mis temores era el hecho de que aquella Ferrari fuera indomable pero por suerte nos hicimos “amigos” enseguida. Lamentablemente nuestra relación duró poco, aunque medi el gusto de poner quinta a pesar de que en este circuito citadino es difícil llegar a altas velocidades.
Cambio: entra Gallardo
En una estación de servicio hicimos el cambio y subí al Lamborghini Gallardo blanco y tapizado negro de cuero. Sus butacas me resultaron muy cómodas y me llamó la atención su cinturón de seguridad deportivo de cinco puntas. En el primer contacto su consola me pareció mucho más clásica que la de un auto normal con dos relojes grandes con una pantalla en el centro con la computadora de a bordo (al mejor estilo Volkswagen-Audi); en la parte central, una pantalla con el navegador y debajo un montón de palancas cromadas. Más abajo el climatizador digital y sobre el medio arriba de las salidas de aire, tres pequeños relojes que muestran distintos datos, todo en negro con algo de plastico, pero casi todo forrado en cuero negro con costuras en blanco.
El Gallardo, a diferencia de la Ferrari, contaba con tracción 4×4 que para el breve contacto que tuvimos fue imperceptible. La primera impresión al acelerarlo lo percibí más “caprichoso”, la dirección más dura y pesada, y el sonido del motor más ronco. Al acelerarlo es similar, uno se pega al asiento pero también sentí un poco más las irregularidades del asfalto, seguramente por un recorrido más corto de la suspensión y los neumaticos de bajo perfil que hizo que cada bache retumbara en mi cintura.
Personalmente pondría a este auto un escalón por debajo de la 458 Italia, aunque tal vez el corazón me juegue una mala pasada. Sin embargo puedo decir que la Ferrari apeló a todos mis sentidos para seducirme y lo logró, colmó mis expectativas y me dejó con ganas de más.
En la casa de Don Enzo
Luego de todas estas emociones nos dispusimos a ir al Museo, cita obligada para conocer un poco más de la historia de Don Enzo, desde su etapa como piloto y los primeros autos que manejó, hasta sus primeras creaciones. La deportividad al extremo queda expuesta con el F-40, un auténtico auto de carrera para calle, con un interior espartano, sin aire acondicionado ni lujos, mi preferido.
El sector dedicado a la historia deportiva es inmenso y tiene absolutamente de todo, si hasta uno puede comprar un volante auténtico usado en un Fórmula 1 por apenas… 2.000 euros ($10.000). Uno se pasaría horas en este lugar pero el día nos tenía deparadas otras actividades.
Fue entonces que salimos a almorzar a un lugar muy conocido en la ciudad, el elegido por los tifosi de Ferrari, el Maranello Café, donde se festeja cada victoria o campeonato.
Después de un momento de relax y de tratar de procesar lo vivido, continuamos viaje en una Mercedes-Benz Viano para 9 pasajeros que en su interior contaba con varias pantallas de LCD donde antes de llegar a la siguiente etapa del tour nos mostraron imágenes de lo que venía, algo así como una puesta a punto. Y la siguiente parada fue nada menos que la fábrica de Pagani.
Un gran taller llamado Pagani
Al llegar a este lugar, uno se da cuenta que lo que importa no es la impresión sino lo que se produce puertas adentro; la fachada es sencilla, con apenas el emblema y no mucho más. Pero ya al ingresar a la recepción tres Paganis nos dieron la bienvenida: un Zonda turquesa (hecho a pedido por un jeque árabe) y dos Zonda F en color negro (uno roadster y otro con techo duro).
La atención de todos y cada uno de los empleados fue muy cordial, el ambiente que se respira en ese lugar es muy ameno y familiar, lo cual me sorprendió porque se trata de una empresa que se mueve en los niveles más altos de competencia y a pesar de todo sigue manteniendo valores que parecen perdidos. Sólo por esto un ¡bravo! para Horacio Pagani.
Tras una charla introductoria en la que nos invitaron a apagar las cámaras de fotos y guardar los celulares, pudimos entrar en la zona de fabricación; detrás una puerta que se abría y se cerraba casi constantemente, se encontraba en ese momento un Zonda R que estaba estaba siendo armado. El motor AMG por un lado, las llantas por el otro, algunas partes del chasis… Luego, en una habitacion amplia y muy iluminada, ingresamos en el laboratorio donde se fabrica la carrocería de fibra de carbono, ese material casi mágico que logra que estos súper deportivos tengan una excelente relación peso-potencia.
Luego pasamos a otro salón de casi tres veces el tamaño del anterior donde se encuentran los hornos que a través de calor y un sistema de vacío le da forma a las piezas de fibra de carbono hasta crear cada parte que compone cada unidad. En esta misma sala se arman todos los componentes mecánicos que para un Pagani son todas piezas que hacen necesaria una relación con los proveedores muy estrecha. Cada auto es una obra de arte que tiene componentes de varias marcas, por lo tanto, para que este gran reloj funcione, debe de haber confianza en cada fabricante.
Francesco detuvo su marcha en un momento y nos alertó sobre una sorpresa. De inmediato, una de las puertas del taller comenzó a subir y escuchamos un sonido que era como música para nuestros oídos; cuando hicimos contacto visual comprobamos que era el nuevo Pagani Huayra, uno de los tres se fabricaron hasta el momento ahora, los otros dos estaban en ese momento en el Salón del Automóvil de Ginebra y ¡yo los había visto y fotografiado para Cosas de Autos el día anterior!).
Este contacto a fue la cereza del postre, y estábamos tan a gusto que nos daba la sensación de estar visitando la casa de un tío en Italia, de esos que es difícil despedirse. Así que sin más, nos tomamos unas fotos y dejamos las instalaciones para ir hacia Lamborghini, a media hora de ahí.
Última estación
Cuando estábamos llegando a la sede de la marca dirigida por el Grupo Volkswagen, Francesco nos explicó que la calle por donde viajábamos es totalmente recta y que la utiliza Lamborghini para probar todos y cada uno de los modelos antes de ser entregados y que si nos dábamos vuelta veríamos a uno de ellos.
Una vez en la fábrica, la primera parte del tour consisitía en visitar el museo, donde se exponen las realizaciones más importantes de la historia de la marca, algunas de ellas inolvidables como el Miura, el Countach, el Diablo o el Murciélago.
También se encontraba el Espada y al verlo reflexioné acerca de esta tendencia reciente de súper deportivos para cuatro pasajeros, tal los casos del Porsche Panamera, el Aston Martin Rapide y el Ferrari FF; pero este modelo Lamborghini tenía esas características y fue lanzado al mercado en 1968, con un tremendo motor V12 de 4 litros y 350 cv.
Tras esta recorrida pasamos a conocer la fábrica donde se notaba la diferencia con las instalaciones de Pagani. Después de recorrer varios pasillos llegamos a un gran y moderno galpón en donde nos topamos con la línea de producción del Gallardo. Había de todo tipo y color: blanco, negro, naranja, azule, amarillo, verdes, azul con techo negro, spider, con volante a la derecha, con volante a la izquierda, con diferentes llantas y tapizados, lo único en común era su belleza.
En el lugar había muy pocas máquinas, casi todo está hecho a mano. Nos contaron que el armado total demora unos tres dias, ya que el Gallardo lleva algunos accesorios de otros fabricantes que ya están listos como las butacas (que son Recaro), lo cual acelera el proceso.
Luego continuamos el recorrido a hacia el centro del galpón donde nos presentaron en caracter de primicia la nueva línea de producción del Lamborghini Aventador, que había sido presentado en la jornada anterior en Ginebra. Por eso, lo único que pudimos ver fue la línea vacía y en uno de los extremos un auto casi terminado. A diferencia del Gallardo, este nuevo modelo demora unos 15 días en estar listo ya que lleva asientos y varios detalles más hechos a mano en Lamborghini.
Finalmente regresamos al museo donde finalizaba nuestra recorrida y el tour, sólo nos quedaba el regreso hasta donde habíamos dejado nuestro auto para luego retornar a Milán. Fue una vuelta especial, recordando lo vivido y la amabilidad de nuestro guía Francesco Bini que nos brindó toda su hospitalidad en este viaje inolvidable.
Datos
¿Cuánto sale hacer un tour como este? Exactamente 169 euros por persona (unos $845) más unos 30 euros ($150) por visitar la fábrica de Lamborghini, algo que en nuestro caso finalmente no nos cobraron porque a nuestro guía lo vieron tan contento y sorprendido por poder conocer la línea del Aventador que nos regalaron la novedad. ¿Y cuánto sale alquilar los autos? Los 20 minutos en la Ferrari 458 Italia 200 euros ($1.000) y los 20 minutos en el Lambo Gallardo 150 euros ($750). Este alquiler es aparte del tour y se pueden hacer ambas cosas independientemente.
Quien quiera conocer más acerca de estos tours puede hacerlo en: motorstars.org/ENG/proposal.htm Mencionando a Cosas de Autos y a nuestro colaborador quizás tengan alguna sorpresa de regalo.
Leonardo Pizzano, colaborador de Cosas de Autos en Uruguay y enviado especial a Italia.
13 comentarios
Excelente nota!! Escala obligada para un viaje por Italia!
Muy buena nota, espero poder hacer el viaje pronto e incluir esta excursión.
Un detalle, el valor del volante es de 2 mil euros (2.000,00).
Sale carito el alquiler para manejar los autitos esos, pero vale la pena.
Me comentaron que en Mónaco dar una vuelta al circuito callejero (obviamente con tráfico) al volante de una ferrari sale 100 euros.
un abrazo
Fue demasiada emoción, Daniel. Ahí lo modificamos, gracias por tus comentarios. Saludos!
vale la pena, muy buena nota. hoy mismo empiezo a ahorrar y voy a italia solo para eso!!!!!!!!!
felicitaciones, gracias!
el sueño de todo amante de estos fierros muy bueno ABRAZOS
Muy bueno! el sueño de muchos cumplido.
Suena increible tu experiencia!
Te tengo una pregunta…como organizaste todo lo del guia y eso? Cuanto te costo ? Me interesaria mucho hacer lo que tu hiciste, ya que en mayo ire a italia.
Gracias
genioooos me voy el 19 a italia e iba a ir a las fabricas pero por mi cuenta, este datoo es claveee, soy ultra fierrero desde q naci me gustan los autos estuve esperando esto toda mi vida,jajaaj.
me estoy muriendo por manejar una ferrari y un lambo, no puedo massss… El tema es q tengo 18, pero me parece q voy a falsificar mi licencia de conducir, no puedo perderme esta oportunidad.
Muchas gracias, y si tienen alguna idea de como puedo manejar uno de esos autos sin falsificar la licencia tiren ideas.
nos vemos!!.
luke
MUY BUENO EL COMENTARIO DEL TOUR, PODES PASARME EL CORREO O COMO TE CONTACTAS CON EL GUIA.
VOY PARA ITALIA EN JUNIO AL DUCATI W. 2012 Y LA IDEA ES VISITAR A TODAS LAS FABRICAS QUE NOS DIERON LA PASION POR LOS FIERROS,,,,TANTO MOTOS COMO AUTOS.
GRACIAS.
CARLOS
Hola… te comento que voy a ir a italia en julio, y tengo todo como para pasar por modena, hable con un amigo que estuvo en modena y no lo hizo, esta muy arrepentido, el vio el mismo anuncio que vos, pero me comento que el cree que tambien podes ir por cta propia y alquilar por 30 minutos a 100 euros, mi pregunta es saber si pudiste ver eso? ya que si bien tambien me intera mucho el museo, talvez los precios yendo de forma privada son distintos? tenes idea? te agradezco mucho si tenes alguna data!
Saludos
Hola… también estoy por viajar a italia ahora en septiembre a ver la F1 y a Modena… Luciano, o Andres qe viajaste ahora en Julio me comentes por mail como compraron el paquete y un poco mas acerca del tour, tengo muy poco conocimiento del ingles, y menos del italiano… el idima un gran inconveniente o no para las visitas? Espeor s mail, ai le hago otras consultas mas especificas… agradezco luz! mariano.carranza@hotmail.com . Saludos! Mariano
Hola. Yo tambien estoy viajando ahora en febrero a italia y estuve leyendo mucho sobre estos tours de francesco bini. pero con los problemas cambiarios de argentina me es muy caro hacer todo. Y yo queria manejar una ferrari 30 minutos nomas. Sabes si este servicio lo dan sin tener que pagar los 200 euros del tour? y yo luego voy al museo ferrari por mi cuenta. Pero quiero estar seguro de esto ya que sino el tour tengo que sacarlo con anticipacion y pagarlo. Gracias. te dejo mi mail dickstein_5@yahoo.com.ar
Muy bueno!! Me voy a Italia en unos días, me podrías pasar los datos para contratar el tour. Si genes una pagina web o sabes como lo puedo reservar así voy!!!
Muchas gracias