Lo primero que nos surgió luego de tomar contacto con el Peugeot 308 Sport durante 900 km. fue “qué auto divertido de manejar”. En este caso -vale decirlo- nuestra prueba incluyó el manejo en la ciudad pero fundamentalmente un viaje en ruta de casi 800 kms., lo que nos permitió sacarle provecho y experimentarlo en diferentes circunstancias.
Otros dos adjetivos que le caen muy bien a este modelo son “robusto”, por su andar firme en ruta, y “amplio”, por la sensación de habitabilidad que genera, con su techo Cielo panorámico que -aunque esté nublado- asegura mucha iluminación en el interior.
En el interior
Si bien el techo no se abre (casi una característica en los Peugeot), la temperatura del habitáculo está garantizada gracias al climatizador automático con regulación independiente y salidas en las plazas traseras.
La plancha es de un diseño elegante y muy agradable al tacto, tiene relojes analógicos de fácil lectura, que se combinan con la ya clásica computadora digital en tono ámbar de la marca, que en este caso indica la marcha que está conectada, la autonomía, el odómetro (total y parciales), el consumo promedio e instantáneo.
El equipamiento es muy completo e incluye, además, pantalla motorizada de 7″ que hace las veces de GPS; computadora de abordo multifunción; control de velocidad crucero; cierre centralizado con mando a distancia; espejos retrovisores eléctricos que se pliegan automáticamente y luz de giro incorporada; encendido automático de luces; sistema de iluminación de acompañamiento “Follow me home”; alzacristales eléctricos con one touch en las cuatro ventanillas; apertura del depósito de combustible desde el interior; sensor de lluvia; y guantera central refrigerada, entre otros elementos destacados.
¿Puntos negativos? Todo está en su lugar salvo el mando del cierre centralizado y apertura de puertas que se ubica en la consola central, junto a la baliza (no en la puerta del conductor), y por su pequeño tamaño cuesta identificarlo. También encontramos muy chicas las teclas de apertura del portón trasero y de desconexión del ESP, y marcamos como pocos los espacios guardaobjetos; no abundan y los que hay son chicos y no permiten tener a mano elementos como la billetera o el celular.
Por su parte, el equipo de sonido es de muy buena calidad aunque hay que acostumbrarse (y amigarse) a sus múltiples funciones y mandos porque puede prestarse a confusiones, sobre todo cuando se acciona el navegador. Cuenta con audiostreaming, que permite reproducir música vía Bluetooth, cuenta con entrada auxiliar, puerto USB, reproduce CD, MP3 y WMA, incorpora cuatro parlantes y dos tweeters, y tiene mandos en el volante para evitar distracciones así como sistema de telefonía manos libres (también por Bluetooth).
Antes de salir de viaje es recomendable aprender a usar las funciones del GPS para evitar distracciones y pérdidas de tiempo, así como para aprovechar todo su potencial.
Quienes viajen en las plazas traseras lo harán de manera muy cómoda gracias a la amplitud y la buena distancia al techo. El ocupante de la plaza central puede ser un adulto pero hay que hacer la salvedad que en su respaldo se guarda un apoyabrazos con posavasos, un elemento que le quitará algo de confort.
El baúl, en tanto, es de boca generosa y piso plano, debajo del cual se guarda el neumático de auxilio. La capacidad es de 348 litros, más que adecuada para un hatchback de 4.27 metros de largo.
Al volante
Para el tipo de manejo que propone este modelo, no encontramos una posición que nos dejara 100% satisfechos a pesar de que ofrece con columna de dirección que se regula en altura y profundidad y que el asiento se ajusta en altura. Quizás sea porque la butaca es algo dura, no es tan envolvente en sus laterales y no cuenta con ajuste lumbar. En cuanto a terminación está forrada en cuero al igual que el volante, de muy buen grip.
Por su parte la visibilidad es muy buena tanto hacia atrás como hacia adelante y los costados gracias al diseño del pilar A que incorpora un generoso tragaluz vidriado que evita los puntos ciegos.
Por lo general, los vehículos que llevan el mote de Sport son “duros” pero en este caso el 308 ofrece la combinación justa entre deportividad y confort de marcha. En ciudad tiene un comportamiento ágil, con una suspensión rígida pero no al punto de convertirse en molesta. Y en ruta se agradece esa rigidez a la hora de tomar una curva a alta velocidad, donde se lo nota firme y no acusa rolidos.
Si bien parece más bajo de lo que es, hay que tener cuidado al pasar por cunetas pronunciadas para evitar que el spoiler delantero roce con el piso.
La dirección, que cuenta con asistencia variable, es sin dudas uno de sus puntos altos del 308 Sport ya que siempre se comporta de manera previsible con la dureza esperada tanto en maniobras de estacionamiento como a velocidad lanzada.
El motor de 1.6 litros que equipa esta unidad es en sí mismo todo un tema porque se trata de un impulsor desarrollado conjuntamente con BMW (y equipa a los MINI) y que llega importado desde Europa. Según la marca, el modelo y la configuración de puesta a punto, entrega más o menos potencia. En esta caso la siga THP hace referencia al Turbo Haute Pressión (Turbo de Alta Presión) que permite que alcance los 163 hp y un torque máximo de 240 Nm (comparte mecánica con el 408, también de producción local).
Según datos del fabricante, el 308 Sport alcanza los 217 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en apenas 9,2 segundos. En ruta pudimos comprobar su excelente respuesta y performance, que se combinan con un consumo más que conveniente: el promedio transitando a 100 km/h (2.200 rpm en sexta) fue de 5,8 l/100 km. A 130 km/h (2.900 rpm) trepó hasta los 8 l/100 km mientras que en ciudad se ubicó en los 9,2 l/100 km.
La familia 308 de fabricación nacional se caracteriza por ofrecer otros motores a nafta como son el 1.6 litros de 115 cv y el 2 litros de 143 cv (caja manual o Tiptronic), como así también el diesel de 1.6 litros y 115 cv. A ellos se suma el 308 GTi, que es francés de pura cepa, y que monta un motor de 1.6 litros y 200 cv asociado a una caja manual de 6 marchas.
La caja de velocidades del 308 Sport es tipo Tiptronic, automática-secuencial de 6 velocidades e incluye dos modos (Sport y Nieve) pero en un viaje no hace falta más que entregarse y dejar que el modo automático haga su trabajo, lo que permite que el motor viaje relajado. Sin embargo, aún transitando a 120 km/h, si se quiere realizar un sobrepaso, no hace falta mas que apretar a fondo el pedal del acelerador para que aparezca la potencia del turbo y el motor reaccione ágilmente con la respuesta buscada.
Otro aspecto a mencionar es lo relacionado con la insonorización del habitáculo: en ciudad, con el motor viajando a bajas revoluciones, no se lo escucha. Y en ruta, a altas rpm, el ruido es muy bajo y no se percibe ingreso de viento.
En lo relacionado a la seguridad, el Peugeot 308 Sport tiene un sobresaliente ya que cuenta con una dotación muy completa que incluye frenos de disco en las cuatro ruedas de muy buen comportamiento, con ABS y Repartidor Electrónico de Frenado (REF). A esto le suma la Asistencia al Frenado de Urgencia (AFU), el Control Dinámico de Estabilidad (ESP), seis airbags (frontales, laterales y de cortina), y los cinturones de seguridad inerciales de tres puntos y los apoyacabezas en todas las plazas.
Diseño (muy) sobrio
Estéticamente este Sport no llama la atención porque no le sobra nada; quizás lo más destacado sean sus llantas de aleación de 17″ diseño Strómboli y cinco rayos pintadas de color gris, que calzan neumáticos Michelin. Cabe resaltar que el auxilio es homogéneo (igual llanta y cubierta) un acierto de la marca del león rampante.
Apenas se lo reconoce por el monotipo THP en su parte posterior o al husmear su interior y descubrir la pedalera, el zócalo de puerta y el apoyapie en aluminio, así como el pomo de la palanca de cambios, el tablero de instrumentos con fondo blanco o el volante forrado en cuero perforado con su base inferior plana (que tan bien le queda).
En el frente se destaca por sus luces de conducción diurna de LED, sus faros antiniebla y su grilla cromada, mientras que en la parte posterior no hay una escape doble como sí tiene su “hermano galo” GTi; en su lugar está la falsa salida doble plástica que nunca nos terminó de convencer, pero es cuestión de gustos.
Conclusión
No siempre resulta simple decidirse por un auto que conjugue todo lo que uno busca, por eso cuando se está ante una alternativa versátil como ésta, vale destacarlo. El 308 Sport no tiene contras relevantes debido a que la configuración que eligió Peugeot para nuestro país combina un motor moderno, potente y de consumo reducido, con un buen equipamiento de confort y seguridad en un diseño elegante con pinceladas de deportividad.
Su precio de $176.100 lo posicionan muy bien respecto de otros competidores teniendo en cuenta que ninguno en este segmento (hatchback de cinco puertas) entrega tanto, y con una garantía de tres años o 100 mil kms.