Paul Walker, el actor de la exitosa saga “Rápido y Furioso” se mató en un accidente automovilístico ocurrido este sábado en las calles de Santa Clarita, al norte de Los Ángeles, California. Walker, de 40 años, viajaba como acompañante en un Porsche Carrera GT rojo conducido por un amigo, quien aparentemente por un exceso de velocidad perdió el control del vehículo, se estrelló contra un árbol y se incendió con sus dos ocupantes el interior.
El actor se encontraba en esa ciudad colaborando con la organización Reach Out Worldwide en ayuda con las víctimas del tifón que hace unos días arrasó Filipinas, en un alto en la filmación de la séptima parte de Rápido y Furioso, la cual tenía fecha de estreno para julio de 2014; a su vez ya se había confirmado una octava entrega en la que encarnaba al personaje de Brian O’Conner.
Es innegable la similitud de este trágico desenlace con del actor James Dean, quien se mató a los 24 años al volante de su Porsche Spyder 550 (bautizado Little Bastard), al chocar frontalmente con otro vehículo, también en California.
Aclaración
En Cosas de Autos nunca escribimos ni una sola línea acerca de la saga “Rápido y Furioso” porque, como podrán haber leído en algún otro post, no comulgamos con el tuning ni con el tipo de uso que se le dan a los autos en esas películas.
No es que no nos guste el cine o las persecuciones en la pantalla grande (como las de Bullit, por ejemplo), pero entendemos que parte del mensaje de esos films fue tomado por muchos jóvenes y se convirtieron en ciertos (malos) comportamientos en nuestras calles, donde los accidentes son reales y no hay actores sino vidas en juego.
Más allá de esto, lo del accidente de una persona tan joven como Walker nos impactó. QEPD.
