Tal como habíamos anticipado hace unas semanas (ver nota), Ford decidió reeditar uno de los más fantásticos eventos de la industria automotriz: llevar el Mustang nuevamente en la cima del Empire State Building, símbolo de Manhattan, en la ciudad de Nueva York.
El objetivo era reeditar la experiencia promocional que tuvo lugar en 1963, pero en este caso para celebrar los 50 años de vida del legendario modelo del óvalo. El trabajo exigió una cuidadosa medición de todos los ascensores y las puertas del edificio, y hasta demandó la construcción de un modelo a escala del Mustang para definir dónde debería ser cortado para el transporte.
Y como el Empire State Building es un edificio histórico, con terminaciones en madera art deco original y bronce estilizado en los ascensores, fue preciso proyectar las piezas con mucha holgura para evitar dañarlo.
Durante el 16 y 17 de abril, un flamante Mustang convertible amarillo estuvo exhibido en el mirador del piso 86 del legendario edificio, rememorando viejas épocas. Y para llevar a cabo la misión, Ford contrató a la empresa DST, la misma que realizó el evento en aquél año. Esta compleja operación requirió de mucha precisión en el corte del vehículo para lograr el transporte en ascensores y el reensamblaje milimétrico en la cima.
“Ford llevó una vez más al Mustang a nuevos niveles de tecnología y refinamiento. Por eso, decidimos llevarlo también a nuevas alturas, literalmente, en conmemoración de los 50 años”, declaró Dave Pericak, Ingeniero Jefe de Mustang.
“Cuando nuestros ingenieros se reunieron con el equipo de DST para iniciar el trazado de este a mediados de febrero, todo el mundo se dio cuenta rápidamente de que se necesita un poco de la artesanía de la vieja escuela para colocar con éxito este automóvil a más de 300 metros por encima de las atestadas calles de Manhattan”, dijo George Samulski, gerente, fabricación de diseño de Ford Norteamérica. “La terraza es demasiado alta como para llegar con una grúa portátil desde la calle, y es imposible la entrega desde un helicóptero”, agregó.
“El gran problema real que tuvimos en 1965 fue la dirección”, dijo Claude Cochran, técnico de DST que participó en el proyecto original. “Cuando pusimos la mitad delantera del vehículo en el ascensor, sin el parabrisas, la dirección estaba fuera y tuvimos que ir girando todo el conjunto hasta lograr que encajara”, señaló.
En la preparación del vehículo actual, el equipo de DST utilizó dos prototipos de carrocería del Mustang convertible: el vehículo que viajó a Nueva York fue totalmente desmontado y tratado antes de ser cortado y pintado; el segundo cuerpo fue utilizado como guía para determinar la ubicación de los cortes y de los encajes de la estructura tubular de acero para asegurar las partes. También fueron producidas cajas de madera y soportes especiales para su transporte. La subida a la terraza panorámica fue realizada en un ascensor de cargas y dos de pasajeros.
La empresa DST construyó en sus oficinas una maqueta de madera del ascensor para garantizar los encajes. Las piezas también fueron pesadas para cumplir con los límites de peso del ascensor y de la terraza. “Antes de embarcar las cajas hacia Nueva York, pasaron varios días de entrenamiento y cronometrado del proceso de montaje, como en los boxes de Fórmula 1”, explicó Pericak.