El presidente de GM Sudamérica, Jaime Ardila, confirmó que General Motors suspendió la exportación de vehículos producidos en Brasil para la Argentina debido a las restricciones de nuestro país para liberar dólares para importar.
De esta forma se apunta a sacrificar los envíos de vehículos para darle prioridad al envío de piezas, ya que las plantas argentinas emplean en su mayoría componentes fabricados en Brasil. GM ya dejó de enviar los modelos Onix, Prisma y la pick-up S-10; otro modelos que se importan desde el país vecino son Spin, Montana, Cobalt y Trailblazer.
“Hace un mes que la industria automotriz no consigue obtener moneda americana del Banco Central de Argentina”, le dijo Ardila al diario económico Valor, de Brasil.
Tal como explicó recientemente el ministro de Economía, Axel Kicillof (ver nota), según los ejecutivos de las terminales radicadas en Argentina las automotrices tienen que recibir una suma de u$s 2.500 millones.
“Las cosas deberían volver a la normalidad cuando se resuelva el problema con los ‘holdouts'”, minimizó Ardila en referencia a la batalla en los tribunales de EE.UU. que Argentina está dando con lo denominados “fondos buitre”.
Hasta el momento, la Justicia falló en favor de un grupo de acreedores que se negaron a renegociar sus bonos de deuda argentina y eso le impidió a la Argentina continuar pagando a los que sí habían aceptado una reestructuración. Desde entonces nuestro país se encuentra en un virtual “default” y precisa retener la mayor cantidad de divisas.
El alza en la cotización del dólar es otro tema que preocupa a las automotrices. En el término de un mes, el dólar oficial subió un 1,5%; pasó de $8,29 el 11 de agosto a $8,42 el 11 de septiembre. A este ritmo, los importadores pagan siempre la moneda extranjera más que cuando el vehículo o la pieza cruzaron la frontera. “Este es un perjuicio diario que va directo a los resultados”, le dijo Ardila en una nota de la colega Marli Olmos.
¿Cómo sigue la relación Brasil-Argentina?
Según Valor, que también dialogó con Cledorvino Belini, presidente del grupo Fiat-Chrysler de América Latina, la tendencia es reducir los volúmenes de las exportaciones desde Brasil y continuar con la importación de los autos fabricados en la Argentina. Esto debería cambiar la balanza comercial del sector en favor de Argentina, la cual es históricamente superavitaria para Brasil.
En 2013, por ejemplo, las exportaciones de vehículos y autopartes de Brasil a nuestro país totalizaron u$s 11.200 mil millones mientras que las importaciones alcanzaron los u$s 8.800 millones; el 85% de las exportaciones de Brasil llegan a la Argentina, siendo su principal socio económico.
Según Ardila, el impacto de la falta de divisas será compensado por la disminución de las ventas de 0km y predice disminuciones -al cierre de 2014- de 10% y 30% en en Brasil y en Argentina, respectivamente.
“Pasamos por peores crisis”
A pesar de este escenario actual, Belini se muestra optimista y recuerda que en 2001, cuando argentina entró por última vez en default y el mercado de automóviles se redujo de 400 mil unidades a sólo 90 mil, él decidió detener la producción de vehículos en la planta de Fiat en Córdoba porque “era poco práctico mantener la línea”.
“No cerramos la fábrica porque sabíamos que un día la situación mejoraría”, recordó el directivo y señala que detener nuevamente la producción en Córdoba está lejos de sus planes: “Hemos pasado por peores crisis en ambos lados”.
“La idea es que se mantenga el ProCreAuto”
“La idea es que se mantenga el ProCreAuto, que se extienda, que siga para poder mantener en movimiento el mercado y mantener la producción, pero resta definir en qué condiciones”, le dijo Isela Costantini, presidenta de GM Argentina a la agencia de noticias Télam.
Costantini opinó que “el plan es positivo” para las automotrices pero que “hay preocupación respecto a si existe capacidad para producir toda esa demanda” y acerca de “por cuánto tiempo se mantendrá”.
Al mismo tiempo la directiva comentó los problemas que tiene su compañía: “En nuestro caso, mientras no tengamos una tranquilidad con las divisas, estimular la venta de autos importados a General Motors no le funciona el modelo de negocio”.
De todos modos aclaró que GM mantiene “una visión de largo plazo dentro de la Argentina, que es un país del que no se puede negar la industrialización que tiene”.