Son noticia a diario, sobre todo en esta época del año: Fiestas y vacaciones. Los accidentes de tránsito por consumo de alcohol se suceden una y otra vez en calles, avenidas y rutas de todo el país a pesar de que hay una iniciativa del gobierno nacional que imponga la tolerencia cero para todo tipo de conductores. ¿Y qué pasó? Nada, ni va a pasar nada por ahora.
La denominada “Ley de Alcohol Cero” impulsada por el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, perdió estado parlamentario y en 2015 deberá volver a ser tratada en el Congreso.
“Tenemos que ser claros y enfáticos con respecto al consumo de bebidas alcohólicas a la hora de conducir sobre todo en la época de fiestas ya que se aproxima Año Nuevo”, dijo Randazzo.
Mientras el funcionario quiere que -al menos- haya tolerancia cero de alcohol en sangre para todos los conductores que transiten las rutas nacionales, diferentes empresarios vinculados a empresas de bebidas con alcohol sostienen que antes de llegar a esa medida se deberían reforzar los controles. Nuestra opinión es que ambas cosas deberían ser complementarias.
Actualmente, la Ley 24.449 prevé sanciones para quienes manejen vehículos con más de 0,5 gramos de alcohol en sangre, mientras que para los motociclistas, el límite es de 0,2 gramos. Hasta ahora, los únicos afectados con tolerancia cero son los conductores con licencia profesional, es decir, los choferes de transporte de carga o pasajeros.
Randazzo anunció su proyecto de “tolerancia cero” en mayo de 2013 y recién logró que el Congreso lo tratara en comisión en noviembre de 2014. Sobre el final de las sesiones ordinarias muchos daban por sentado que sería ley pero la propuesta no obtuvo el consenso necesario en el Senado y quedó en la nada.
“Queremos que el que toma alcohol, por poco que sea, no pueda manejar. El objetivo es salvar vidas. Está comprobado que la mínima ingesta de alcohol triplica el riesgo de sufrir un siniestro vial”, sostuvo Randazzo en aquella oportunidad.
Datos
Randazzo precisó que el 23% de los siniestros viales están vinculados con la ingesta de alcohol, y explicó que las estadísticas revelan que el 78% de casos positivos en controles de alcoholemia se da en auto, mientras que un 15% en motos, un 4% en pick-ups y sólo un 1% en ómnibus y 1% en camiones.
“La notable diferencia de alcoholemias positivas entre las categorías profesionales y particulares muestra que cuando existe prohibición total en la ingesta, los niveles de cumplimiento también son más altos”, destacó.
Sin dudas habrá que trabajar también en educación y en reforzar los controles para que la ley se cumpla a conciencia.
Qué pasa en el mundo
¿Qué pasa en el resto de los países de América Latina? Sólo Brasil aplica la norma de tolerancia cero.
En Chile -en cambio- la tolerancia es de hasta 0.3 g/l de alcohol en sangre, y -por ejemplo- por dar positivo entre 0.3 y 0.8 g/l se aplica una sanción de tres meses de suspensión de la licencia, aun si no se tienen antecedentes.
En el caso de Uruguay, la legislación actual establece una tolerancia de hasta 0.3 g/l de alcohol en sangre; a partir de 0.31 g/l se aplica una suspensión del registro de conducir de seis meses, y en caso de reincidencia de 12 meses y de ahí en adelante de 24 meses.
Por su parte, en España, el mínimo tolerable es de 0.5 g/l de alcohol en sangre pero esto se reduce a apenas 0.3 g/l para los principiantes y los conductores con licencia profesional. La sanción hasta 0.5 g/l es de 500 euros y 4 la pérdida de cuatro puntos y si se supera esa marca es de 1.000 euros y 6 puntos.
Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) de España, “si se eliminara el consumo de drogas y alcohol por los conductores se podrían salvar 1.000 vidas cada año”. Es por eso que “la tendencia a nivel internacional es ir rebajando las tasas máximas permitidas, con la finalidad de alcanzar al menos el límite de 0,1-0,2 g/l para conductores en general y a 0,0 g/l para los profesionales”, sostiene.