El mercado de las SUV se convirtió en la última década en uno de los más demandados por el público argentino. La comodidad, la prestaciones, la posibilidad de encarar un fuera de ruta y también el agregado de las apariencias, hicieron que muchos abandonaran los sedanes, familiares o mono-volúmenes y se mudaran al terreno de las mal llamadas “4×4”.
Sin embargo, el combo de devaluación + impuesto interno hizo que desde comienzos de 2014 las SUV se volvieran prácticamente inaccesibles para la mayoría de la gente, sobre todo las de mayor porte, que no se fabrican en Argentina o Brasil, y que son la mayoría.
Ante este escenario hay que pensar muy bien qué es lo que se busca en este segmento y poner en la balanza prestaciones en relación al precio. La confiabilidad y la posventa juegan también un rol importante, así como el uso que se le va a dar al vehículo.
En nuestra ecuación aparece un clásico como la Honda CR-V 4×2 que conjuga una serie de factores como para tenerla en consideración: un diseño atractivo y vigente (si bien en otras latitudes estrena un restyling), el respaldo de una marca muy querida en el país, una mecánica eficiente y una versatilidad interesante por tamaño, prestaciones y equipamiento. Y en precio pelea “cuerpo a cuerpo” con el de las pick-ups más equipadas, aunque aquellas ofrezcan doble tracción, claro.
A bordo
Las líneas exteriores del SUV mediando de Honda son reconocidas mundialmente y son la evolución de lo que fue la anterior generación (la tercera), quizá la más exitosa del modelo en nuestro país. La actual luce más robusta y deportiva pero a la vez elegante, y sus 4.530 mm de largo, 1.820 mm de ancho y 1.655 mm de alto imponen respeto en el tránsito urbano, algo buscado por muchos (en especial por las mujeres que se sienten más seguras), sin ser de las más grandes.
Su distancia entre ejes de generosos 2.620 mm marcan lo que es su confort interior en el cual cinco adultos viajan sin inconvenientes, con espacio suficiente para piernas y hombros, y buena referencia respecto del techo.
En este caso, los detalles que en la versión full serían de color carrocería se ofrecen en plástico negro, pero no desentonan con la propuesta; además, las llantas son de aleación con 5 rayos dobles y un diseño que “visten” los laterales. Las cubiertas, en tanto, son Bridgestone Dueler H/P en medida 255/65 R17, fabricadas localmente.
En el interior no hay estridencias, típico de un vehículo de origen japonés que combina tecnología con sobriedad, pero donde la calidad se percibe a simple vista. Proveniente de México, la CR-V que se vende en nuestro mercado ostenta buena calidad de plásticos agradables al tacto, con encastres correctos, y una acertada combinación de tonos y materiales que van del negro al plata, simulando el aluminio.
La plancha ofrece la información de manera clara con un reloj de velocímetro de gran tamaño en el centro, y en su interior alberga los datos de la computadora de abordo. A los costados se muestran las marchas de la caja automática, el cuentavueltas y los medidores de temperatura y combustible (ambos de aguja, como nos gusta).
En el centro se dispone de una consola dominada por la presencia del equipo de audio de buena calidad de sonido, el cual tiene por encima la i-MID, la pequeña pantalla multifunción color de 5″ con información múltiple; la misma ofrece información programable fácilmente (consumo, brújula, etc.) y a la vez oficia de visor de lo que capta la cámara de estacionamiento trasera, de gran utilidad en un vehículo de este porte.
Más abajo se ubica el aire acondicionado (esta versión no incorpora climatizador como sí la 4×4), justo por delante de la palanca de cambios de la transmisión. Como punto a favor: cuenta con salidas de aire para las plazas traseras.
El volante ofrece un muy buen grip, a pesar de no estar forrado en cuero, y es del tipo multifunción, lo que permite operar sin distraerse los comandos del audio, de la computadora y del control de velocidad crucero.
La calidad de los tapizados supera la media, reemplazando la tradicional tela rústica por una pana mucho más agradable y en tono oscuro. En el centro de las butacas se dispone de un buen espacio porta-objetos con tapa deslizable, así como de dos posa-vasos y un toma de 12V/encendedor.
El espacio de carga es de 1.054 litros (de piso a techo) que permite llevar suficiente equipaje como para unas buenas vacaciones familiares. Debajo del piso se guarda el neumático de auxilio que es de idéntica medida y con llanta homogénea (gran detalle).
Al volante
Encontrar una buena posición de manejo resulta clave al manejar una SUV, donde se privilegia la posición de manejo. El ajuste de la columna de dirección permite hacerlo en altura y profundidad, algo que se complementa de maravillas con el ajuste manual pero completo de la butaca.
Los espejos son de generoso tamaño (se pliegan manualmente) y ofrecen buena visibilidad hacia atrás, algo importante teniendo en cuenta que los apoya-cabezas erguidos restan campo visual en una luneta de tamaño ajustado.
El conjunto motor-caja de este Honda es una muy buena combinación por su desenvolvimiento y consumo, ya que a pesar de sus 2.4 litros este i-VTEC de cuatro cilindros y 16v incluye el Modo Econ, que adapta el modo de conducción para reducir el gasto de combustible y las emisiones contaminantes, regulando así aspectos relacionados con la aceleración, la relación de caja, y el funcionamiento del aire acondicionado, por ejemplo, y los muestra a través del Eco Assist.
Los 185 cv de potencia máxima (disponibles a 7.000 rpm) mueven con suficiencia a este SUV de 1.523 kg con una transmisión automática de 5 velocidades que sin tener la suavidad de una CVT responde y se muestra dócil si se la sabe llevar.
La respuesta es buena aún a baja velocidad a pesar de contar con torque neto de sólo 220 Nm, que se encuentran a las 4.300 rpm.
En ruta el consumo a 100 km/h se ubicó en los 7,5 l/100 km girando a 2.100 rpm, y de 10,4 l/100 km a 130 km/h, a un régimen de 2.400 rpm. En tanto, en uso urbano las cifras treparon lógicamente hasta los 13,4 l/100 km. Son cifras importantes pero que se ubican dentro de lo normal para este tipo de vehículo con caja automática.
Quizás una sobre-marcha hubiese redundado en un descenso del consumo, para que el motor viaje más relajado a alta velocidad. Un detalle: la autonomía no es del todo buena debido fundamentalmente a que el tanque de combustible es de apenas 58 litros.
La dotación de seguridad de esta versión es algo escasa ya que está integrada por frenos de disco en las cuatro ruedas con ABS y EBD, doble airbag frontal, luces diurnas, apoya-cabezas en todas las plazas y ganchos ISOFIX para sillas de niños. Le harían falta un par de airbags más y el ESP, así como contar con cinturón de seguridad de tres puntos en la plaza central trasera (es abdominal). Claro que este equipamiento lo perdió tras el aumento de precio (por las causas mencionadas al comienzo de la nota).
El andar en ciudad es más que confortable, con suspensiones muy blandas que son bienvenidas en cualquier terreno. Sin embargo, al salir a la ruta, los rolidos se perciben al realizar maniobras bruscas o encarar curvas a alta velocidad (sobre todo sin pasajeros o carga), algo a tener en cuenta por ser un vehículo alto, con largos recorridos y no contar con asistencia electrónica.
¿Qué otros aspectos destacamos? El confort de marcha general, la insonorización y la respuesta de la dirección, que cuenta con asistencia EPS. ¿Qué otras cosas le faltaría? Sensores de estacionamiento, one touch en todas las ventanillas (tiene sólo la del conductor), faros anti-niebla, techo eléctrico y navegador satelital.
Conclusión
Es la alternativa más lógica en un momento complejo de la industria y donde la oferta no es muy amplia. Quien desee renovar su SUV encontrará en esta Honda una alternativa muy racional de equipamiento y precio, con el plus de la marca y la historia de un modelo muy requerido también a la hora de la reventa, y una garantía
de tres años o 100.000 km.
Al momento de la publicación de este test, el precio de la CR-V LX AT 4×2 era de $415.000, competitivos respecto de otros rivales y bastante menos que los de casi $600.000 de la versión EX 4×4.
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DISEÑO
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MECÁNICA
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SEGURIDAD
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EQUIPAMIENTO
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COMODIDAD