Por estas horas, Brasil vive momento de gran convulsión política por el escándalo político bautizado “Petrolao”, la “Operación Politeia”, que investiga corrupción en la compañía estatal Petrobras y de la “Operación Lava Jato”, que investiga el lavado de dinero desviando fondos de lavadero de autos y estaciones de servicio.
Y en el marco de una serie de allanamientos, la Justicia del país vecino se encontró con una colección de autos súper exclusivos en la casa del ex presidente y senador Fernando Collor de Melo.
En su histórica residencia de Brasilia, que lleva como nombre “Casa da Dinda”, aparecieron un Porsche Panamera S de 2011, una Ferrari 458 Italia 2010, un Lamborghini Aventador LP700-4 Roadster.
Collor de Melo, quien renunció a la presidencia poco antes de que el Congreso votara su destitución por corrupción, calificó el allanamiento de “invasivo y arbitrario” pero no hizo referencia a los vehículos que integran su flota y que están a nombre de otras personas.
Pero lo saliente es que hace 23 años hubo otro auto, mucho menos lujoso, que puso em jaque la presidencia de Collor de Melo: un Fiat Elba, modelo familiar del Duna que en Argentina se comercializó como Duna Weekend.
La prensa brasileña recuerda ahora las declaraciones de Collor quien luego de un viaje como mandatario a Europa dijo que los autos de su país parecían “carrozas” comparados con los “europeos”. Y él mismo se moviliza en el modesto pero flamante Elba 1991.
Sin embargo, cuando estalló el escándalo de corrupción que terminó con su presidencia (asumió su vice, Itamar Franco), se descubrió que el Fiat Elba que utilizaba su esposa había sido pagado con un cheque de PC Farias, tesorero de su campaña así como arreglos en su casa.
Sí, Collor de Melo conserva la misma propiedad pero evidentemente evolucionó en su gusto por los autos y ya no anda en “carrozas” sino en súper deportivos.