En lo que fue su primer acto oficial en una automotriz, el presidente de la Nación Mauricio Macri inauguró oficialmente la ampliación de la planta que Toyota Argentina tiene en Zárate, y que demandó una inversión de más de u$s 800 millones.
Esta ampliación le permite a la automotriz japonesa posicionar a esta planta como base de producción y exportación de Hilux y SW4 para América Latina, modelos que además son líderes en sus respectivos segmentos dentro del mercado argentino. Permitió ampliar la capacidad productiva hasta las 140.000 unidades anuales y generó mil nuevos puestos de trabajo en la cadena de valor (actualmente emplea a 5.000 personas).
El acto contó además de Macri con la presencia de María Eugenia Vidal, gobernadora de la provincia de Buenos Aires, del ministro de Producción, Francisco Cabrera y de las distintas autoridades de la automotriz encabezadas por Seiichi Sudo, vice-presidente ejecutivo de Toyota Motor Corporation; el CEO de Toyota para América Latina y el Caribe, Steve St Angelo, y el presidente de Toyota Argentina, Daniel Herrero.
La Hilux se fabrica en Zárate desde el inicio de la instalación de la empresa en la Argentina en 1997, y en 2005 se comenzó a producir la SW4. En 2015, Toyota se convirtió en la mayor exportadora de la industria automotriz local, exportando el 70% de su producción.
Macri y la cultura del trabajo
En su discurso, Macri recordó su pasado por la industria automotriz, reconoció la importancia de la inversión realizada por Japón, y anticipó que intentará reunirse con el Primer Ministro de ese país en los próximos meses para propiciar nuevas inversiones.
“Querría mencionar algo relacionado a la importancia del esfuerzo, que las cosas no van a suceder sentándonos en nuestra casa a mirar el cielo sino a partir de comprometernos y hacernos responsables de nuestro destino”, reflexionó el presidente Macri para luego contar la historia de un trabajador de Toyota. “Acá hay un ejemplo de eso, que me han comentado que se llama Guillermo Garilli, quien fue uno de los que vio poner la primera columna de la primera nave de este tremendo complejo industrial”.
“Guillermo era portero de un hotel en la Ciudad de Buenos Aires y no dudó en abordar a un ingeniero que estaba trabajando en la planta y se alojaba allí, para preguntarle si tendría la oportunidad de trabajar en Toyota; él empezó de chofer y hoy es jefe de servicios administrativos. 21 años de trabajo y esfuerzo le permitieron desarrollarse, crecer y estar orgulloso, ésa es la cultura del trabajo que debemos recuperar”, apuntó.