Del rumor a los hechos en menos de 24 horas, así de veloz fue la operación que le permitió a Nissan quedarse con el 34% de las acciones de Mitsubishi a cambio de unos u$s 2.180 millones. De esta forma, el pez grande se comió al pez chico y Nissan se conviertió en el mayor accionista de su par nipona, la cual vive momentos de zozobra.
¿Cómo se precipitó esto? Debido a que Mitsubishi reconoció hace un par de semanas que modificó los resultados de consumo de combustible de unos 625 mil vehículos que fabricó y comercializó en el mercado japonés bajo su marca (unas 157 mil unidades) y la de Nissan (otras 468 mil). ¿Durante cuánto tiempo lo hizo? Atención: desde 1991, es decir, que falseó datos durante 25 años.
Esto salió a la luz luego de que Nissan encontrara inconsistencias en los datos de emisiones de sus modelos, tras lo cual Mitsubishi puso en marcha una investigación interna que detectó que las cifras habían sido falseadas para tener el visto bueno del gobierno japonés.
“Sólo puedo disculparme. Los clientes compraron nuestros autos basándose en información incorrecta sobre el rendimiento del combustible”, confesó el jefe de operaciones de Mitsubishi, Tetsuro Aikawa, visiblemente consternado.
Win-win
“En Nissan queremos preservar y hacer crecer la marca Mitsubishi Motors y vamos a ayudar a esta empresa a afrontar sus desafíos, sobre todo el de recuperar la confianza del consumidor en la eficiencia del consumo de combustible”, dijo el CEO global de la alianza Renault-Nissan, Carlos Ghosn. El hábil ejecutivo brasileño aseguró que esta operación es considerada un “win-win”, beneficiosa para ambas partes.
“Creo que esta alianza económica será bien recibida por los consumidores, por nuestros socios, accionistas, empleados y por cada uno de los inversores”, completó Osamu Masuko, el CEO de Mitsubishi Motors.
Este acuerdo le permitirá a Mitsubishi fortalecer sus finanzas en un momento en el que se desconoce la cifra que deberá pagar en concepto de indeminizaciones. Por lo pronto, los mercados respondieron de manera positiva luego de que las acciones de la marca de los tres diamantes se desplomaran: llegaron a caer hasta un 43%. Esto le permitió a Ghosn aprovechar y pagar por las acciones de Mitsubishi mucho menos de lo que jamás hubiera pensado.
Ambas automotrices eran socias desde 2010 cuando habían acordado trabajar conjuntamente en una serie de microvehículos, muy populares en Japón, algunos de los cuales están involucrados en este escándalo ¿Y por qué tanto interés de Nissan? Porque en este tiempo no le ha sido sencillo hacerse fuerte en mercados asiáticos donde Mitsubishi tiene buenas ventas como son Tailandia y Filipinas.