Puede pasar. Una distracción, una mala señalización. Al fin y al cabo se trata de accidentes, errores humanos con los que convivimos a diario en el tránsito. En este caso se dio en el barrio de Vitacura, en la ciudad de Santiago en Chile. Una mujer confundió las escalinatas de acceso a un edificio de oficinas con la bajada de ingreso a un estacionamiento subterráneo.
Cuando había descendido unos pocos escalones se percató de su error y quiso remediarlo pero el temor la paralizó. Drtuvo la marcha de su Land Rover Discovery y fue asistida por transeúntes que se acercaron a ayudarla. Y cuando todo parecía que acabaría bien, pudo suceder una tragedia.
La mujer quiso bajar rápidamente del auto sin previamente conectar la caja en Parking o colocar el freno de estacionamiento. Al levantar su pie del pedal de freno, el vehículo cayó escaleras abajo y ella fue retirada de un tirón sin sufrir ni un golpe.
El auto rompió los cristales de acceso al edificio pero por fortuna no atropelló a nadie. Como se suele decir fue una desgracia con suerte en la que sólo hubo daños materiales.
De la ficción a la realidad
Lo que pasó en Chile nos recuerda el comercial de Renault Trafic, en el que entre muchas escenas se muestra cómo una van de la marca del rombo ingresa por error en una boca de subte en medio de una persecución fallida por la ciudad de Buenos Aires.
Se trataba en realidad del ingreso a un estacionamiento al que se lo había decorada de manera impecable, simulando las características “bocas” del subterráneo porteño. Una excusa para volver a ver esa gran producción de Renault que se estrenó nada menos que en 1986, y que muchos veíamos en el entre tiempo de los partidos del Mundial de México.
