Lo recibió contento, lo observó en detalle, lo autografió y lo bendijo. Y tras agradecer el gesto, anunció que lo subastará. Así se dio este miércoles el encuentro entre directivos de Lamborghini y el Papa Francisco en una audiencia privada en Santa Marta, donde reside la máxima figura de la iglesia católica.
La marca italiana de súper deportivos decidió homeneajar al Sumo Pontífice obsequiándole una unidad de su modelo Huracán, la cual fue preparada especialmente con los colores del Vaticano: fue pintado en Blanco Monocerus con detalles en Amarillo Tiberio (un delicado dorado) que recorre el capó y parte de la carrocería.
Este modelo tiene un motor naftero V10 de 5.2 litros que entrega una potencia máxima de 602 hp y que alcanza un torque neto de 413 lb/ft.
Será la casa de subastas Sotheby’s la encargada de recaudar la mayor cantidad de dinero por este curioso ejemplar, cuyo precio base es de u$s 250 mil. No es la primera vez que Francisco decide subastar a beneficio los regalos que le hacen. Ya pasó con el Fiat 500L que usó en su paso en 2015 por EE.UU. y con una moto Harley Davidson.
El Papa ya decidió que el dinero que se obtenga será destinado a financiar tres causas benéficas: la restauración de aldeas en la llanura de Nínive en Irak (víctimas de ISIS), la asistencia a las víctimas de la trata de personas (la Comunidad Papa Juan XXIII) y el trabajo misionero en África (tanto el proyecto “GICAM” como la organización “Amigos de África Central”).
Para Jorge Bergoglio, hincha reconocido de San Lorenzo de Almagro, no deja de ser curioso que haya recibido como obsequio un Huracán (clásico rival del Santo de Boedo).
.
