Worldwide Auctioneers subastó este miércoles en Arizona, EE.UU. el Mercedes-Benz 770K Grosser Offener Tourenwagen que en 1939 fue entregado para uso personal de Adolf Hitler. Considerado una pieza única por su historia y estado de conservación, se ofertaron u$s 7 millones por el llamado “Súper Mercedes” W150.
La casa de subastas esperaba llegar a los u$s 10 millones por el auto que usó el Führer pero tras diez minutos de ofertas, que arrancaron en u$s 5 millones, alguien cuya identidad no trascendió, se quedó con esta pieza de colección. ¿O no? Horas más tarde de la publicación de esta noticia, trascendió que al no haberse alcanzado el piso de u$s 10 millones, el auto finalmente no fue subastado, aunque desde Worldwide Auctioneers afirman que las negociaciones continúan para intentar cerrar la venta.
Lo interesante es que en la previa se había anunciado que el 10% de lo que se pagara por él será destinado “a educar sobre cómo y por qué sucedió el Holocausto y cómo prevenir atrocidades similares”.
La subasta arrancó en u$s 5 millones y se estancó rápidamente en u$s 7 millones, y así cerró.
Características e historia
Se fabricaron sólo 88 unidades del Mercedes-Benz 770K, una limousine equipada con un motor ocho cilindros en línea y 7.7 litros Y 155 cv (230 cv con turbo), y que en este caso estaba blindado para la seguridad del dictador. Algo que resulta curioso ya que se trata de un vehículo convertible donde él viajaba casi siempre parado sobre una plataforma especial, para que el público saludara su paso.
Hitler y Mussolini a bordo del imponente Mercedes-Benz 770K convertible.
Después la Segunda Guerra Mundial, el auto inició un periplo por Francia y EE.UU. Del ejército estadounidense y la policía militar de EE.UU. pasó a las manos de un tabaquero belga que luego lo cambió por u$s 1.800 en tabaco a un empresario de Tennesse. Éste, a su vez, lo donó a una asociación de Veteranos de Guerra de Carolina del Norte y, tras su uso durante varios años, el Súper Mercedes terminó guardado en un garage hasta 1976.
Allí fue descubierto por un coleccionista que lo restauró y luego de eso lo expuso en el museo de Antigüedades Automovilísticas Históricas de Chicago, donde fue tasado en u$s 1 millón.
En 2009 fue adquirido por un millonario ruso y desde entocones pasó por ocho propietarios diferentes hasta la actualidad, que se decidió salir a subasta.
Se mantuvo la tapicería original pero se reemplazaron los cristales blindados.
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