¿Hacen falta motivos para respetar las velocidades máximas o las señales de tránsito? En un país donde no abundan las campañas de educación vial puede que sí. Y una buena imagen puede hacer su aporte.
Hace pocas horas, en las inmediaciones del Parque Nacional Iguazú, fueron fotografiados una madre y tres cachorros de yaguareté cruzando la ruta.
Se trata de una especie amenazada por la deforestación de la que se cuentan apenas unos 250 ejemplares en todo el país, según la Fundación Vida Silvestre.
Quienes hayan visitado la zona, tanto del lado argentino como del lado brasileño, habrán visto que la ruta está muy bien señalizada y abundan los carteles en los que se menciona la posibilidad de cruce de animales. Incluso hay algunos radares fijos que registran la velocidad de los vehículos que por allí pasan.
Circular a la velocidad indicada (60 km/h es la máxima en Parques Nacionales) no sólo sirve para evitar un accidente sino, como en este caso, contribuye a que los animales que habitan la zona no salgan lastimados.
Desde Cosas de Autos siempre señalamos la importancia de los tres pasos para una buena conducta vial: educar, controlar y castigar. Lamentablemente ninguna de las tres se está cumpliendo, en particular la primera.
Fotos: Carmel Croukamp y Thiago Reginato
Antecedente
En marzo de este año, un automovilista que circulaba a unos 100 km/h por la ruta provincial 19, en cercanías del Parque Provincial Urugua-í, atropelló y mató a una yaguareté preñada de dos crías.
El yaguareté (o panthera onca) es Monumento Natural por lo que la multa es muy alta: $500 mil es lo que se fijó para este caso. Nicolás Lodeiro Ocampo, de la Red Yaguareté, afirma que el 97% de los automovilistas excede la velocidad máxima en las zonas de reserva.
Con concientizar alcanzaría pero -visto que no se cumple- hay al menos dos motivos para reducir la velocidad: para evitar la muerte de una especie en extinción y para evitar una multa altísima.