Diego Maradona es noticia siempre, particularmente ahora por su actualidad como director técnico de Dorados de Sinaloa, que se clasificó para la final del ascenso a la primera división del fútbol mexicano. Lo que hace unos meses había comenzado como una apuesta incierta y mucho de marketing, de la mano de los buenos resultados hoy es una chance concreta.
Es por eso que los dirigentes de Dorados están tan contentos con este momento que decidieron regalarle un Chevrolet Camaro RS en agradecimiento, y quizá como una motivación extra.
Como en las épocas en las que llegaba al entrenamiento de Boca con un Porsche, una Ferrari y hasta con el camión Scania, a Diego se lo vio feliz arribar al volante de su flamante Camaro Azul (Blue Me Away). “¿Y, Die? ¿Te gustó?”, le preguntaron en el ingreso al predio de Dorados. “Ya es mía, este es el color, papá. Me encanta”, respondió.
“Un caño… ¿Viste cómo ruge?”, se sonreía el mejor jugador argentino de todos los tiempos como un nene con juguete nuevo, acariciando el techo y amagando a subir por la ventanilla, como los Dukes de Hazzard.
Este jueves, Dorados recibirá a San Luis en el partido de ida de la final del Ascenso y domingo será la vuelta. Más allá del resultado, una vez más Maradona ha hecho historia (en este caso desde el banco) y se dio el gusto de disfrutar de un auténtico muscle car “azul y dorado”, como los colores de su amado Boca.
Está equipado con un motor V6 de 3.6 litros que entrega una potencia de 335 hp y 386 Nm de torque, con transmisión automática de 8 velocidades con levas al volante.
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