Hace exactamente 40 años, en la noche del 18 de febrero de 1981, Boca y Argentinos Juniors llegaron a un acuerdo por el pase de Diego Armando Maradona, que arribó a préstamo al club de la ribera después de semanas de negociaciones.
En la Argentina eran tiempos de gobierno militar, de la “tablita” de Martínez de Hoz para saber el valor del dólar, y en los que la figura del carismático Papa Juan Pablo II tenía gran preponderancia en las noticias. En el plano deportivo, Guillermo Vilas y Carlos Reutemann se alternaban en los tapas de los diarios cada fin de semana, poniendo al tenis y a la Fórmula 1 -como nunca antes- a la altura (o por encima) del fútbol.
Pero lo de Maradona era una novela con final -o mejor dicho con comienzo- feliz, porque significaba que el campeón mundial juvenil jugaría en un equipo grande del fútbol argentino antes de ser transferido al exterior. Es que el Barcelona ya había querido llevárselo y luego apareció River, pero por diferentes motivos ambas posibilidades se frustraron.
Boca no pasaba su mejor momento económico pero logró reunir el dinero necesario mediante pagos en efectivo, cesión de jugadores y cheques que se pagaron con lo recaudado en partidos amistosos y giras que el equipo realizó por el país y el exterior.
El club presidido por el empresario Martín Noel (que dicho sea, era sponsor de Reutemann) le pagó a Argentinos Juniors u$s 2.5 millones y saldó una deuda que ese club tenía con un banco por u$s 1.1 millones y otra con la AFA por u$s 400 mil, además de u$s 600 mil correspondientes al porcentaje del jugador por el pase.
Era muchísimo dinero para la maltrecha economía argentina. ¿Y si hubiera aparecido un sponsor para “dar una mano”?
Toyota quiso estar en la camiseta de Boca
Maradona debutó en La Bombonera el 22 de febrero de 1981 con un 4-1 ante Talleres que selló el idilio. Nadie sabía que ese año acabaría siendo campeón del torneo Metropolitano pero todos querían verlo jugar, y diferentes clubes (incluso del exterior) lo querían enfrentar.
En su cronograma de amistosos, Boca tenía agendado para enero de 1982 (sí, un año después) una gira por Japón; los nipones habían quedado maravillados con ese chico de pelo enrulado que levantó la Copa en 1979 con la camiseta de Argentina.
En el libro “Lo quería Barcelona, lo quería Riverplei” (Eduardo Bolaños y Sergio Barbieri) que repasa la llegada de Maradona a Boca, se detalla que varias marcas japonesas tuvieron la intención seria de poner su logo en la banda amarilla de la camiseta xeneize en 1981.
Se especifica que Toyota llegó a ofrecerle a Boca un contrato de u$s 1 millón a cambio de un año de auspicio. Pero hay más: Mitsubishi estaba a la expectativa por si su rival no llegaba concretar. Y Fuji Films le envió en marzo al presidente Noel una carta de intención, a la vez que se sumaron otras dos compañías de gran relevancia para la época como Toshiba y Hitachi. Sin embargo, ninguna de esas negociaciones prosperó (no sabemos el motivo) y la camiseta quedó “limpia”.
Vale recordar que en 1979, el gobierno argentino liberó las importaciones de productos extranjeros lo que provocó un verdadero boom: la electrónica japonesa invadió los hogares de la clase media en todos sus formatos, y comenzaron a llenarse las calles de autos de ese origen.
El desembarco de Toyota en Argentina
En 1979, Grandío y López se convirtió en el primer importador y representante de Toyota en Argentina, a través de un acuerdo con Toyota Motor Sales Co. Ltd. Hasta 1978, había sido uno de los más importantes concesionarios oficiales de la red General Motors, que ese año se fue del país, recuerda el blog Archivo de autos.
El showroom de Grandío y López estaba ubicado en Av. Figueroa Alcorta 7706, en las mismas instalaciones (casi sin cambios) en las que luego se alternaron representantes de Ford, Kia, Isuzu y donde actualmente funciona un concesionario BMW.
Un viaje en el tiempo de 40 años pero está prácticamente igual: fue el primer concesionario Toyota de Argentina y hoy es uno de los dealers de la red BMW.
En ese espacio se exhibieron por primera vez una serie de modelos hechos en Japón entre los que estuvieron los autos: Carina; Celica (coupé y liftback); Corolla (liftback y sedán); Corona (liftback); Cressida y Crown.
Por el lado de los utilitarios: las pick-ups Hi-Lux (escrito así, separado) en versión nafta y diesel, y Stout (similar a la Hi-Lux); la van Hi Ace; el camión Dyna y el emblemático Land Cruiser (en variantes hard top, vinyl top, station wagon y pick-up).
La expansión de la marca nipona fue tan veloz que para fines de 1980 el total de concesionarios de la red ascendía a 110 en todo el país, en su mayoría ex-GM, ex-Citroën, ex-IME (Industrias Mecánicas del Estado) o ex-Chrysler-Fevre (que a mediados de ese año pasó a ser Volkswagen Argentina).
Los productos se ganaron la confianza de los clientes a base de su durabilidad, y una prueba de ello es que muchas unidades aún siguen circulando (y trabajando) por toda la Argentina.
¿Qué hubiera sucedido si la marca Toyota hubiera tenido exposición en la camiseta de Boca y en el pecho de Maradona? Seguramente eso le hubiera significado un impulso aún mayor a su desarrollo, pero nos quedaremos para siempre con la duda.
La revancha de Toyota con el Diez
Lo que pocos saben es que hubo revancha para los japoneses: en 1988, dos años después de que Argentina fuera campeón en el Mundial de México, Toyota se dio el gusto de contratar a Maradona. El por entonces capitán del Napoli fue el encargado de presentar la gama de modelos haciendo “jueguito” con la pelota. Un rareza total y que podemos disfrutar en este video.
Boca y las automotrices
Boca recién tuvo su primera publicidad en la camiseta en 1983, de un sponsor muy diferente a las citadas marcas japonesas. Fue de Vinos Maravilla (que le ganó la pulseada a Hitachi) y con ese dinero el club, en un muy mal momento económico, lograba pagar el 90% de los sueldos del plantel de futbolistas.
Ni en su etapa como importador ni desde 1997 en adelante como terminal automotriz instalada en el país, Toyota estuvo presente en la camiseta de algún equipo de fútbol argentino (sí de rugby); sólo se limitó a ser sponsor de la Copa Libertadores de América durante 20 años (1998-2018), de los cuales fue main sponsor entre 1998 y 2007.
En cambio, Boca sí tuvo a dos marcas de autos en su casaca: el auspicio de Fiat (Sevel) entre mediados de 1989 y mediados de 1992, y el de Citroën (en las mangas) entre 2014 y 2016.
.
1 comentario
Pingback: Otra mención de Archivo de autos | Archivo de autos