Incentivado, con cupos y con una infraestructura escasa, el mercado de autos eléctricos e híbridos representó en 2022 apenas el 1,9% de los patentamientos totales. Según el reporte de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) se comercializaron 7.849 unidades “verdes”, sobre un total de 407.523 vehículos patentados; de ese total, 7.588 fueron híbridos y 260 eléctricos puros.
Claro que en la comparación interanual se refleja un crecimiento que en este caso llegó a 33%, ya que en 2021 se habían matriculado 5.903 unidades (1.946 menos), y que frente a 2020 es aún mayor y trepa al 232% (2.365 unidades). El mercado está claramente distorsionado por los incentivos que aún así no alcanzan a equiparar los valores con los modelos de combustión.
La demostración más cabal es que la marca líder del mercado, Toyota es la que concentra el mercado de la electromovilidad con el 86.7% de la preferencia.
Esto se debe a que en 2022 vendió 6.726 unidades de las 7.849 totales; el Corolla Cross híbrido concentró la mayor parte, con 4.390 patentamientos, seguido del Corolla sedán híbrido con 1.830 unidades y la RAV4 híbrida con 357, mientras que el resto correspondieron a CH-R y Camry híbridos (no se vendieron Prius).
¿Se puede hablar de boom? De ninguna manera. Está más que claro que si desaparecieran los incentivos para importar estos modelos las cifras se caerían dramáticamente (como ya pasó en otros países, tal el caso de Noruega).
Para los residentes de la Ciudad de Buenos Aires o La Plata (también en Neuquén, Mendoza, San Luis, Río Negro, San Juan, Santa Fe y Tierra del Fuego) comprar un auto híbrido o eléctrico les significa no tributar patente, un dato nada despreciable.
Ahora bien, hay varios modelos subvencionados por el gobierno, muchos de ellos de marcas premium, que son híbridos o medio-híbridos y que también engrosan las estadísticas pero distan mucho de ser accesibles al gran público. ¿Conciencia ecológica u oportunismo de unos pocos? Aporte a la “imagen de marca”, dirán otros.
“Como es esperable, la tecnología HEV es claramente la más presente en la oferta, las demás, aparecen incipientemente, pero la falta de infraestructura y los precios aún son limitantes importantes para que se amplíe”, reconoce ACARA.
El organismo resalta como gran avance que “otro elemento relevante dentro de la oferta es que aumentó la participación de autos no convencionales de fabricación nacional sobre el total: entre 2021 y 2022 pasaron de representar el 0,4% al 3%”.
¿Autos eléctricos de producción nacional? Sí, se refiere en particular al Tito, un modelo chino que se ensambla en la provincia de San Luis, en la planta de la firma Coradir.
Con 192 unidades vendidas, el Tito logró meterse en el quinto puesto de ventas en 2022, lo cual es más que relevante y ahí sí hay un dato interesante más allá de si el modelo gusta o no. Y la cifra si bien es escasa, representó el 73% de los patentamientos de vehículos 100% eléctricos. ¿Por qué? Porque es el más barato y porque se carga en un toma de 220V convencional.
Sin dudas que la política de electromovilidad debería incentivar las conversiones de modelos de combustión a eléctrico (los llamados retrofit) para potenciar ese mercado que generaría puestos de trabajo, más aún cuando tampoco demandaría una inversión en infraestructura de recarga.