Argentina tiene desde hace dos años un proyecto de Ley de Fomento de Promoción de la Movilidad Sustentable elaborada por el ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación que a pesar del consenso que tuvo al momento de su presentación quedó precisamente en eso: en proyecto.
Mientras tanto, mediante un decreto (el 331 de 20117) que establece cupos que se renuevan anualmente, las automotrices acceden al permiso para la importación de vehículos eléctricos con un beneficio arancelario para promover su comercialización.
Esta medida es controvertida desde muchas aristas, en particular porque dentro de ese cupo ingresan varios modelos de alta gama -incluso de marcas premium- con tecnologías de electrificación que poco contribuyen al cuidado del medio ambiente y acaban beneficiando a compradores de un alto poder adquisitivo (tanto al momento de la compra como a la hora de no pagar patente).
A meses de una elección presidencial y en medio de la necesidad de hacerse de divisas, el Gobierno presentó el borrador de una ley complementaria -o una “ley corta”- que apunta a promover la producción local no sólo de vehículos electrificados sino también de autopartes de los mismos, de la mano del boom que supone la industria del Litio.
Es por eso que la semana pasada, el secretario de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, José Ignacio de Mendiguren se reunió con distintos referentes de la industria automotriz así como de los principales gremios (UOM y SMATA.) para hacerles la presentación de la idea.
Según lo expuesto, la iniciativa plantea mejoras en la regulación actual, sustentada en cinco ejes:
-Beneficios para la producción y exportación de vehículos eléctricos.
-Incentivos a la producción de electropartes y equipamiento especial.
-Beneficios para la producción de vehículos de movilidad personal eléctricos
-Incentivos a la formación profesional y avance en regulación de retrofit (conversión de vehículos de combustión interna a eléctricos).
“Es muy importante que podamos abrir estas instancias entre las distintas áreas del Estado nacional, la cadena automotriz y los trabajadores para impulsar de manera concreta una industria clave para la estructura productiva del país. Los principales países hoy avanzan hacia la transición energética y es central que todos, industriales, trabajadores y el Estado, nos preparemos, trabajemos y potenciemos la capacidad de la producción nacional de adaptarnos a los nuevos tiempos para poder brindarle al mundo lo que nos demanda”, aseguró Mendiguren.
Por su parte, la secretaria de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Mercedes Marcó del Pont señaló que “la producción nacional de vehículos híbridos y eléctricos es una prioridad estratégica para el Estado. El objetivo es compartido con el sector privado y los sindicatos. Impulsamos un nuevo marco normativo para promover la producción nacional acompañada por el desarrollo de proveedores locales de electropartes y equipos”.
“La propuesta se complementa con la industrialización del litio en el país para la producción de baterías y garantizará, con una fuerte articulación en materia de capacitación y formación, elevados niveles de empleo en el sector”, añadió Marcó del Pont.
Participaron del encuentro los directivos de Ford, Stellantis, Mercedes-Benz, Toyota, Nissan, así como de la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA); también hubo representación de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), y de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario (AIM).
¿Qué pasará con el proyecto original que había logrado media sanción en Diputados pero no avanzó en el Senado? Quedará ahí ya que había recibido algunas críticas (como que se establecía que en 2041 se debían dejar de fabricar vehículos a combustión), y se entiende que este nuevo es superador, menos ambicioso y más factible.
Por lo pronto apunta únicamente a vehículos livianos y no a camiones ni buses, e incluye la movilidad personal (bicicletas, scooters, monopatines y otros rodados eléctricos).
El objetivo es sentar las bases para de una buena vez fabricar localmente y poder principalmente abastecer la demanda de mercados regionales que hoy se nutren -al igual que la Argentina- de productos producidos principalmente en China.
En lo que hace a la movilidad local está claro que irá volcándose cada vez más a la electromovilidad pero complementando y no reemplazando a la matriz energética de una Argentina que además de rica en Litio apuesta por el desarrollo en Vaca Muerta de gas y petróleo no convencional, e incluso en otros lugares como frente a las costas de Mar del Plata.
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