ACTUALIZACIÓN: se realizó la subasta y pagaron €12.042.500.
El próximo 20 de mayo, en el marco del Concurso de Elegancia de Villa d’Este, a orillas del bellísimo Lago de Como, en Italia, el mundo de los autos clásicos asistirá a una nueva cita con la historia en la que un ejemplar puede marcar un récord.
Se trata de la Ferrari 312 PB que salió campeona del mundo en 1972 y por el que se estima se pueden pagar entre 14 y 18 millones de euros (o incluso más), convirtiéndose así en uno de los tres autos clásicos más caros del mundo, después del Mercedes-Benz 300 SLR Uhlenhaut Coupé #0008/55 (en 2022 se pagaron 135 millones de euros) y el Ferrari 250 GTO #4153GT (80 millones de dólares).
El ingrediente extra para los argentinos es que es un auto que debutó ganando nada menos que en Buenos Aires, en la carrera de los 1.000 Km en enero de 1972, piloteada por la dupla Ronnie Peterson y Tim Schenken. Sí, el autódromo porteño lució colmado en esa jornada de verano y fue testigo de un arranque apabullante del team de Maranello.
9 de enero de 1972, el Autódromo de Buenos Aires vibra con los 1000 Km.
Luego venció también en los 1.000 Km de Nürburgring, Alemania, fue segundo en las 12 Horas de Sebring, EE.UU., y tercero en los 1.000 Km de Monza, Italia, lo que le permitió coronarse al cabo de la temporada de autos sport.
¿Pero por qué vale tanto este auto? Porque es un auténtico sobreviviente. Se trata del último prototipo deportivo desarrollado por Ferrari Works el cual -además- a lo largo de sus 51 años conservó su motor y su caja original, lo que aumenta considerablemente su precio y es el principal atractivo para cualquier coleccionista.
Desarrollado por Ferrari Works, conserva su motor y caja original.
Pero hay más: no sólo conserva su motor y caja de cambios con sus números coincidentes tal como estaban instalados cuando fue vendido por Ferrari en 1975 sino que está equipado con el motor 001/11 N42 y su motor original (001/1 N34) se entrega como extra; a eso se le suma un lote de repuestos, copias de su certificado de origen y factura de venta original así como otra documentación.
Un auto con mucha historia
La casa de subastas RM Sotheby’s cuenta y destaca de esta Ferrari que fue diseñado con tecnologías derivadas de la Fórmula 1, incluido el motor Flat-12 cilindros de 3 litros equipado con lubricación por cárter seco, inyección de combustible Lucas, encendido de una sola bujía y doble árbol de levas en cabeza para cada bancada de cilindros, que entrega 460 hp de potencia @ 10.800 rpm.
Es un auto extremadamente bajo y que apenas pesa 650 kilos con un chasis semi-monocasco, radiadores de enfriamiento en ambos lados justo detrás del cockpit y un tanque de combustible de 120 litros que estaba montado frente a la posición del conductor para un equilibrio de peso óptimo.
Así luce hoy la Ferrari 312 PB 1972 que subasta RM Sothebys.
La unidad que sale a subasta es la que su chasis lleva el #0886 (la que usaron Peterson-Schenken) y es una de las seis de la Scuderia Ferrari Works para correr en el Grupo 6 del campeonato de sport prototipos de 1972 (las otras dos las manejaron Clay Regazzoni-Brian Redman y Jacky Ickx-Mario Andretti).
En la prueba sobre suelo argentino clasificaron terceros y fueron de menor a mayor, llegando 3 minutos por delante de la dupla Regazzoni-Redman, mientras que Ickx-Andretti arribaron décimos, con problemas mecánicos; tras ese debut, las tres arañas se devolvieron a fábrica, mientras que los números de chasis 0888, 0890 y 0892 se enviaron para la segunda carrera de la temporada en Daytona.
Los primeros tres autos regresaron en marzo en Sebring, donde equipado con una nueva caja de cambios más rápida y pastillas de freno más gruesas con pinzas revisadas, el chasis 0886 fue segundo con la misma dupla en la conducción cuando venía ganando pero se quedó sin nafta.
Para Monza se le modificó su carrocería con un nuevo carenado trasero con aletas traseras, luego de ensayar en Le Mans; bajo una intensa lluvia, Peterson hizo la pole pero acabaro tercero, detrás de sus compañeros de equipo.
El auto pasó por las manos de varios coleccionistas.
En Nürburgring el 0886 repitió la pole, y otra vez bajo Peterson demostró su destreza bajo la lluvia, haciendo constantemente el récord de vuelta antes de cederle el volante a su compañero que no tuvo sobresaltos; esta victoria resultó en una ventaja de puntos insuperable que aseguró la victoria de Ferrari en el campeonato de marcas.
Tras completar su carrera deportiva, en julio de 1975 la fábrica emitió un certificado de origen para el chasis 0886 y el 312 PB se vendió al expiloto estadounidense Harley Cluxton, quien se dedica a la compra-venta de autos de turismo en Arizona. El propio Cluxton usó el auto un año después en en las carreras históricas de Monterey, marcando la primera de muchas apariciones de la 312 PB en ese evento anual.
El estimado de la subasta está entre 14 y 18 millones de euros, pero podría ser mayor.
Cluxton tuvo el chasis 0886 durante una década y, después de pasar por otros tres propietarios, en 1993 el auto lo compró Samuel Robson Walton, el conocido presidente de Walmart y de las tiendas Sam’s Club, quien tiene una de las colecciones de Ferrari más famosas del mundo.
Tras cinco años en los que lo llevó a distintos eventos, Walton se lo vendió a un coleccionista alemán que luego lo inscribió en los Spa Ferrari Days de 1998, donde lo condujo nada menos que Jacky Ickx, reuniendo el autol con uno de los principales pilotos del equipo de la temporada 1972.
En septiembre de 2005, el coleccionista y filántropo británico Irvine Laidlaw adquirió la Ferrari y la conservó otros cinco años hasta que la adquirió su último dueño (su identidad no fue informada) en 2010. Muy pocos coches pueden afirmar haber contribuido a una temporada tan importante para Ferrari como la 1972 Campeonato de Marcas.
Pesa apenas 650 kilos y tiene 460 hp de potencia.
Los últimos 1.000 Km de Buenos Aires
La edición de 1972 fue la primera para esta Ferrari que hoy sale a la venta pero la última para esta competencia, la cual se corrió entre 1954 y 1958, en 1960 y entre 1970 hasta ese año.
Los mejores pilotos y equipos del mundo corrieron en Argentina con un despliegue que hoy mismo sería una sensación, con adelantos tecnológicos a la altura de la Fórmula 1 y con un nivel de seguridad que comprometía (y se cobraba) la vida de los protagonistas.
El auto fue imbatible durante todo el fin de semana con Ronnie Peterson y Tim Schenken alternándose al volante.
El ingrediente de la participación de pilotos argentinos fue un condimento extra con apellidos como Carlos Pairetti (noveno); Jorge Ternengo (undécimo); Carlos Pascualini (duodécimo); Carlos Ruesch (decimotercero); Héctor Gradassi-Emilio Bertolini (decimocuartos); Jorge Cupeiro y Ángel Monguzzi (abandonaron).
Pero sin dudas que la gran desilusión del público fue la no participación del Berta-LR que iban a manejar Luis Di Palma y Néstor García Veiga. El arrecifeño arrastraba una quemadura en una de sus manos y al retirar el vendaje y comprobar su estado, no pasó el examen médico y se le prohibió correr.
Oreste Berta no sólo no tenía un piloto suplente sino que no quería que otro lo reemplazara, esto al margen de que en una de las salidas a pista el flamante motor Cosworth preparado a contrarreloj se rompió, dejando al equipo sin chances de participar.
Néstor García Veiga fue otro que se quedó con las ganas, quien a pesar de tener el dinero para “comprar” una butaca, no pudo correr porque no estaba inscripto.
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