La denominada “Ley de Alcohol Cero al volante” fue reglamentada el miércoles pasado por lo que ya empezó a regir en todo el territorio nacional. Si bien era una medida que ya estaba en funcionamiento en distintas provincias así como en municipios, con la publicación del Decreto 254/2023 en el Boletín Oficial el 3 de mayo pasó a tener vigencia en toda la Argentina.
Por su alcance y simbolismo, es una ley que no está exenta de polémica y a la que pocas voces en on y muchas en off the record se han opuesto por distintos motivos: desde la falta de estadísticas claras hasta el lobby de la industria vitivinícola pasando por la forma en la que serán instrumentados los controles o el factor de inexactitud de los elementos de medición.
Para conocer otra vez al respecto, dialogamos con Daniela Medina, perito en accidentes viales y gerente del Centro de Comando y Control de Ituran Argentina, empresa de monitoreo, rastreo y recupero de vehículos y control de flotas, para que nos dé su opinión sobre esta flamante norma que -sin dudas- cambia la manera de comportarnos como conductores.
-¿Considerás que esta ley es suficiente para reducir los accidentes de tránsito?
-La implementación de esta ley puede reducir en un porcentaje la cantidad de siniestros viales, pero para que se reduzcan al 100% también se deben evitar otros factores tales como las distracciones al conducir, el sueño o la fatiga, el exceso de velocidad, el usar el celular y/o cualquier otro foco de desatención que puedan traducirse en imprudencias al manejar.
Esta ley de Alcohol Cero al volante aporta mucho y debe ser regulada y controlada eficientemente por los organismos que corresponden, hasta incluso podría revisarse la posibilidad de aplicar sanciones aún un poco más severas, que también hagan sentir la magnitud del error que cometemos al conducir bajo los efectos del alcohol.
-Hablaste de sanciones severas, ¿los controles y multas sirven para concientizar a los conductores?
-El espíritu de toda norma siempre debe ser concientizar y corregir la conducta de los conductores de los vehículos. Toda normativa que haga que el manejar sea más seguro y que contribuya a la seguridad vial es positiva, porque reduce el riesgo de accidentes.
Sin embargo, en la Argentina, y en casi toda Latinoamérica, tenemos personalidades transgresoras, y por eso la metodología de ‘premios y castigos’ ayuda para que los conductores tomen conciencia.
Las multas ayudan, pero para evitar la imprudencia en el manejo, también deben venir acompañadas de otras medidas como evitar que puedan acumularse, por ejemplo. Además, colaboraría con esta causa el hecho de que quien fue sancionado se esté obligado a pagarlas en el momento y no darle la posibilidad de que sean abonadas recién, por ejemplo, cuando tenga que vender el vehículo o renovar su licencia de conducir.
-Según lo que tienen visto, ¿cómo afecta a la conducta de manejo el consumo de alcohol o estupefacientes?
-Los efectos del alcohol, al aumentar el tiempo de reacción, deterioran la coordinación motora, el procesamiento de la información con lo que se disminuye la atención, la resistencia a la monotonía, etc. Disminuye marcadamente la capacidad para conducir con seguridad e incrementa el riesgo de protagonizar un incidente.
Por ejemplo, con un promedio de 0,3 gramos de alcohol/litro de sangre se reducen en un 10% los reflejos y hasta en un 17% la capacidad de maniobra fina.
Está probado que el alcohol al volante produce alteraciones sobre la visión, la coordinación y la atención en el camino, provocando en el conductor un estado irreal de euforia y seguridad en sí mismo.
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-¿Hace falta un cambio cultural en los conductores para que tomen conciencia del riesgo que provoca, para ellos mismos y para terceros, la imprudencia de manejar alcoholizados?
-Sí, debe haber un cambio cultural. En regla general, todos los que conducimos somos conscientes de cómo está la calle, cuáles son los riesgos, y cómo se encuentra el estado de ánimo de las personas con apenas ver cómo manejan.
Existen campañas a través de spots publicitarios, cartelería e información que brindan los medios de comunicación con el fin de concientizar los daños, algunos irreparables, que conlleva el hecho de manejar imprudentemente, ya sea afectando a la propia vida del conductor, a la de su familia y/o la de terceros.
Lamentablemente, nuestra sociedad y el estilo y conducta que tenemos hace que, por lo general, hasta que no pasa algo grave, ya sea un accidente o el hecho de pagar una multa, no tendamos a cambiar nuestro comportamiento. Por eso creo que aplicar sanciones que de verdad afecten al bolsillo del argentino pueden favorecer a concientizar.
-¿Cómo puede la tecnología de Ituran aportar información a los conductores sobre sus conductas riesgosa al volante?
-Ituran sugiere una forma de organización para la conducción segura de manera responsable y rentable. Nuestra empresa está muy asociada al servicio de recupero del vehículo ante un caso de robo, pero además permite mejorar el estilo de manejo y la utilización de los vehículos por medio del seguimiento en tiempo real y evolución por períodos de tiempo.
Nuestro sistema cuenta con un sensor acelerómetro multidimensional para la identificación de comportamientos peligrosos tales como frenadas, aceleraciones repentinas, aceleración en curvas, cambios de carril a velocidades excesivas, giros en U a velocidades elevadas, exceso de velocidad, etc, que dan la posibilidad de reducir el riesgo de accidentes.
Esto sirve eventualmente para padres que le ceden el auto a sus hijos o bien para empresas que quieren monitorear cómo manejan sus choferes, si comenten infracciones o si no descansan lo necesario.
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