El Papa Francisco está cada vez más cerca de confirmar su viaje a la Argentina, el primero desde que fue elegido en 2013 como el máximo líder de la Iglesia Católica.
Con 87 años cumplidos el 17 de diciembre, con algo de sobrepeso y una lesión en una de sus rodillas que dificultan su movilidad, es habitual verlo sentado e incluso en silla de ruedas.
No obstante eso no le impidió cumplir con una intensa agenda internacional por distintos países, pero claro está que el regreso a su tierra natal estaba en la lista de pendientes desde el primer día y por distintos motivos no se concretó.
Ahora no sólo el presidente Javier Milei lo invitó personalmente sino que el propio Francisco declaró en una entrevista a la televisión italiana que quiere venir después de agosto de 2024, cuando visite la Polinesia, por lo que la chance es más concreta que nunca. Y eso podría ser ¡esta misma primavera!
¿Será el momento de que las automotrices se postulen para ofrecerle un papamóvil? Sin dudas, aunque como ya hemos dado cuenta en nuestra cuenta de Twitter, en varias de sus visitas se utilizaron vehículos ya existentes en los mismos continentes a los que viajó. Y en el caso de Europa, el tradicional y reconocido Mercedes-Benz Clase G con el que recorre las calles del Vaticano, fue enviado en avión a distintos destinos.
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En el hipotético caso de que las automotrices locales pudieran ofrecer sus servicios se podría repetir lo que sucedió con las dos visitas de Juan Pablo II, la primera en junio de 1982 y la segunda en abril de 1987.
En aquellas oportunidades Ford (de manera indirecta con una grúa del ACA adaptada), Renault (con una Trafic) y Sevel (con una Chevrolet C10) se las ingeniaron para alistar distintas opciones para el que fue considerado el Papa más carismático de la historia.
La Chevrolet se usó en su paso por Buenos Aires, Salta, Río Negro y su cruce al Uruguay, y la Trafic en Córdoba y Corrientes, y todos contentos.
¿Qué marcas podrían echar mano al ingenio?
Por empezar, todas las terminales están en condiciones aunque por el tipo de producto que fabrican localmente, algunas “pican en punta”.
Es el caso de Mercedes-Benz con la Sprinter, Toyota con la Hilux/SW4, Ford con la Ranger, Nissan con la Frontier, Renault con la Alaskan y Volkswagen con la Amarok (aunque también podría adaptar una Taos).
Cuando se trata de una camioneta de una tonelada el trabajo no es tan importante, la mitad del trabajo ya está hecho y hay sobradas muestras de lo que ya se hizo en otros países.
Mercedes y Toyota cuentan con el “plus” de que trabajan en adaptaciones de sus vehículos para distintos usos especiales, dentro de lo cual se podría incluir el del traslado del Papa; en caso de que la visita incluya también a algún otro país de la región, ahí la cosa podría cambiar y hacerse en conjunto con otra filial.
Cabe recordar que en julio de 2013, apenas cuatro meses después de haber sido ungido pontífice, Francisco realizó su primer viaje internacional y fue a Río de Janeiro, Brasil. Para esa ocasión usó precisamente el Mercedes-Benz Clase G y para sus traslados impuso su norma: un auto modesto por lo que en tierra carioca se movilizó en un Fiat Idea.
Ese será otro ítem en donde las marcas podrán hacer su aporte: las flotas de autos para los traslados desde y hacia el aeropuerto de Ezeiza (y otros, en caso de que se mueva por alguna provincia), y en trayectos por las ciudades.
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