A punto de cumplirse dos meses del devastador terremoto y posterior tsunami que arrasó las costas de Japón, su efecto continúa trayendo consecuencias aun a miles de kilómetros de distancia. La automotriz japonesa Toyota paralizó temporalmente el viernes último su producción del Corolla en Indaiatuba, Brasil ante la falta de piezas enviadas desde Japón. Dicha planta, ubicada a 100 km de San Pablo, cuenta con una capacidad de producción de 303 autos por día, y está previsto que vuelva a detener su producción el 20 de mayo, como también lo había hecho por primer vez el 25 de abril.
Al mismo tiempo, un portavoz de Toyota confirmó a AFP que la decisión de detener la producción también afecta a la planta argentina de Zárate, donde se fabrica la camioneta Hilux y el utilitario deportivo SW4. Acá se va a suspender el segundo turno de producción los días 13, 20 y 27 de mayo.
“El empleo en Toyota Mercosur no se verá afectado. Actualmente, trabajan más de 7.100 personas en ambos países. Asimismo, los planes de expansión en la Planta de Toyota Argentina y la construcción de la nueva Planta de Sorocaba en Brasil, no se verán modificados”, se informó desde la automotriz. “Toyota está realizando los mayores esfuerzos en minimizar estos ajustes. Por el momento, no se han tomado decisiones respecto de la producción luego del 31 de mayo”, agregaron.
La producción de Toyota, tanto en Japón como en el resto del mundo, disminuyó a causa de los daños sufridos por sus productores de piezas, cuyas fábricas se encuentran en el noreste del país asiático, la región más afectada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo.
Además de Toyota, otros fabricantes de automotores japoneses debieron suspender temporalmente su producción de autos y de piezas en Japón y en sus fábricas alrededor del mundo. Honda, por ejemplo, adelantó para fines de mayo el receso anual de sus empleados en Brasil, EE.UU., Filipinas y Gran Bretaña. Y Nissan cerró en México sus dos plantas armadoras durante 15 días el mes pasado.
