Los tres gigantes de Detroit, General Motors, Ford y Chrysler presentaron este martes sus propuestas al Congreso estadounidense con las que pretenden convencer al parlamento de que les facilite el salvataje económico.
Trascendió que Ford presentó un plan que prevé la concesión de un préstamo de fondos federales por u$s 9.000 millones a diez años y la promesa de equilibrar el balance, o incluso el retorno a las ganancias para 2011. Sí, en medio de rumores de bancarrota, quiebra, venta de marcas y demás, Ford ya imagina que en apenas tres años puede volver a ganar dinero.
Pero lo que le puso una cuota melodramática la puso el director general de Ford, Alan Mullaly, quien dijo que podría renunciar a su sueldo “si las condiciones de la economía” en general y de la industria automotriz en particular “empeorasen”.
Bueno, por lo visto las cosas no están tan (con muchas enes) mal como dicen porque el señor Mullally debe cobrar un jugoso sueldito, ¿no?
En la cancha de fútbol a los jugadores que hacen estas cosas les dicen “tribuneros”.
