El fin de semana pasado se inició una nueva temporada del Nascar, la categoría de autos más importante de EE.UU. y el deporte con más seguidores de ese país, después del fútbol americano.
Las 500 Millas de Daytona (que tuvieron un final apasionante) no arrancaron todo lo bien que los responsables del Nascar hubiesen querido: se detectaron diferentes irregularidades en cinco equipos. Las sanciones fueron durísimas para teams, pilotos y responsables de los autos, tanto que algunos se quedaron sin trabajo. No vale la pena enumerar cada caso pero acá va un ejemplo: el equipo Toyota de Michael Waltrip usó combustible ilegal en la clasifica y fue multado con 100.000 dólares; su jefe de equipo, David Hyder, y el director de competencias, Bobby Kennedy, fueron suspendidos indefinidamente, por lo cual Toyota decidió echarlos por el escándalo que esto significa, nada menos que en el debut de la marca en la categoría. Eso no es todo, a Waltrip se le descontaron 100 puntos en la lucha por el campeonato y su esposa, se le sacaron otros 100 en el campeonato de propietarios. ¿Qué dijo Waltrip? “Respeto las reglas de Nascar, su gente, y su integridad deportiva, por lo que estoy muy apenado y avergonzado”.
Ahora repasemos lo que pasó en la penúltima fecha del Turismo Carretera en la Argentina. Diego Aventín ganó la competencia pero su auto no pasó la verificación técnica al detectarse que se habían colocado deliberadamente pistones y aros antireglamentarios; se le quitaron los puntos de esa fecha, se le aplicó una fecha de suspensión provisoria a él y a su equipo (el Lincoln Sport Group) que le impidió correr en la última del año y lo dejó fuera de la lucha por el campeonato. Luego, se levantó la suspensión y la Comisión Asesora Fiscalizadora de la ACTC decidió aplicarle al equipo una multa de irrisorios 35.000 pesos (cuando cobra por el alquiler de un auto alrededor de 70.000 pesos por carrera). ¿Qué dijo Huego Cuervo, titular del LSG? “Fue un error imperdonable (…) esto me quita las ganas de seguir”.
De esta forma, nunca llegó la sanción ejemplificadora que se esperaba, el LSG pudo arrancar el campeonato 2007 como si nada, y encima se dio el “lujo” de poner en pista un auto (el de Rafael Verna) con algunas modificaciones que por no estar dentro del reglamento fueron objetadas por la CAF en la técnica de Mar de Ajó, rozando otro escándalo.
Diferencias entre dos categorías que tienen algunos parecidos y muchas diferencias.
3 comentarios
No seamos injustos.
Seguro que a Diego Aventín su papá Oscar no le dejó usar la PlayStation 2 durante una semana…
Sergio, lamentablemente en este país las sanciones siempre son irrisorias. En lo que hace a espectáculos deportivos entre el automovilismo y lo que pasa en el fútbol tenemos muestras de sobra.
Algún día aprenderemos a sancionar como se debe y, los sancionados, a agachar la cabeza y hacerse cargo de sus trampas y culpas.
Lo que pasó en nuestro país fue lamentable. Pero, ¿no es raro que la primera vez que compite una marca no norteamericana en el Nascar sea expulsada?
Tuercaman, gracias por participar del blog y por dejar tu opinión.
Hasta cierto punto tu duda es comprensible, ya que Toyota llega para meterse entre los tres grandes de Detroit (como ya pasó en el mercado, donde este año va a desbancar a GM como número uno), pero se sabe que le va a llevar un largo proceso de adaptación hasta que lleguen los resultados. Acá no hubo una mano negra, acá los máximos responsables de la casa nipona se quisieron morir al conocerse los motivos de las sanciones y no hubo apelaciones, y por eso actuaron en consecuencia.
No digo que en Argentina sea todo un desastre y que en EE.UU. sea todo perfecto, pero creo que en este caso tenemos algo para aprender.