El 30 de marzo marcaba el final del “IPI reduzido” en Brasil, la reducción impositiva que el gobierno de Dilma Rousseff implementó en junio de 2012 (ver nota) con el objetivo de evitar la caída de las ventas del sector. Sin embargo, una vez más, la medida fue prorrogada.
A pesar de que el tercer mes de 2013 implicaba el final del IPI (Impuesto sobre Productos Industrializados) y parecía ser un incentivo para los consumidores, las ventas de vehículos evidenciaron una caída del 5,5% respecto de marzo de 2012. Esto motivó que –al menos hasta fin de año– los brasileños no tengan que pagar impuestos para los vehículos fabricados en ese país o en la región (sí para los importados de extra zona).
“La industria automotriz es muy importante para la economía brasileña. Ella representa el 25% de la producción industrial. Entonces, para mantener la producción industrial creciendo, es importante que la industria automotriz continúe creciendo”, declaró el ministro de Hacienda de Rousseff, Guido Mantega.
Por otro lado, Flavio Meneghetti, titular de FENABRAVE -la asociación que reúne las concesionarias brasileñas-, alertó acerca del aumento excesivo de stock de vehículos. Según detalló, los stocks de los concesionarios crecieron en los últimos dos meses.
“El gobierno se anticipó para evitar un desequilibrio que podría afectar el crecimento”, explicó Meneghetti. Así y todo, las ventas acumuladas de vehículos en el primer trimestre de 2013 crecieron un 1,5% en el mercado brasileño.
Ronaldo fue la estrella contratada por Fiat para promocionar el IPI reducido.
2 comentarios
Mesmo com o IPI reduzido, nós brasileiros temos os veículos – para quem compra, mais caros do Planeta. Compramos o Volkswagen Gol a preço de BMW aqui no Brasil, um absurdo !
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