Sébastien Loeb (Citroën DS3) se despidió del Rally de Argentina ganando por octavo año consecutivo la competencia de automovilismo más importante que se desarrolla en el país y que es organizada por el Automóvil Club Argentino.
El piloto francés se vio amenazado durante el comienzo de la competencia por su compatriota Sébastien Ogier (Volkswagen Polo R), pero desde que capturó la punta no le dio posibilidades a sus rivales. De esta manera, Loeb se quedó con el escalón más alto del podio secundado por Ogier y su compañero de equipo en VW, el finés Jari-Matti Latvala, quien tuvo una última jornada brillante y ganó los cuatro especiales, incluido el Power Stage.
“Es bastante increíble ganar por octava vez el Rally de Argentina, ante un público tan fervoroso, el fanatismo por el rally aquí es increíble”, declaró Loeb al llegar al podio en Villa Carlos Paz. “Ganar no era primordial para mí, pero me dejé llevar cuando me di cuenta que tenía posibilidades. Ogier también fue rápido, pero yo fui un poco más regular antes de hacer el break al finalizar la segunda etapa. Me hace muy feliz brindarle este triunfo al equipo, se lo merece”, agregó el nueve veces campeón mundial de la especialidad.
Los campeonatos
Con la decisión de Loeb de sólo participar en algunas fechas de esta temporada, la última de su carrera profesional antes del retiro, Ogier se afianza en la cima del campeonato de pilotos acumulando 122 puntos. Loeb suma 68 y su compañero Mikko Hirvonen, que finalizó sexto, acumula 57.
Por su parte la marca del doble chevrón acrecentó su récord en esta prueba al conseguir su novena victoria consecutiva en suelo argentino. Mientras tanto, el Volkswagen Motorsport lidera el actual campeonato de marcas con 154 unidades, 14 más que el Citroën Total Abu Dhabi WRT.
Loeb demostró que está en plenitud y Citroën sufre por saber que está “regalando” un campeonato de marcas y posiblemente también uno de pilotos en una despedida que se hace aún más dolorosa, tras años de cosechar victorias.
Pozzo, el mejor argentino
Gabriel Pozzo, que corrió con un Ford Fiesta RS, fue el mejor piloto argentino clasificado al finalizar en la undécima colocación. El cordobés cumplió una destacada actuación en su regreso al WRC después de diez años de ausencia en la especialidad y fue uno de los más aplaudidos por el público de su provincia que lo vivaron en cada tramo de la competencia.
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