Hay que decirlo. El Toyota Etios llegó a la Argentina con un precedente poco feliz en la India y Brasil, donde se lo fabrica para nuestra región. Su objetable diseño, enfocado desde su desarrollo en un vehículo low cost no le deparó buenas ventas en esos mercados y mucho antes de que se decidiera lanzarlo en nuestro país, los exigentes clientes expresaron sus críticas.
Tal como nos confesó Steve St. Angelo, CEO de Toyota Latinoamérica y Caribe, Toyota tomó nota y escuchó a la gente y a la prensa especializada (ver nota), que reclamaban un producto acorde a la marca. Luego de algunos meses de análisis, se realizó una serie de cambios que redundaron en mejoras estéticas que para algunos podrán no ser suficientes.
Al mismo tiempo, una de las mejores cartas de presentación del Etios vino de la mano de la seguridad, cuando obtuvo cuatro estrellas en protección de adultos en el crash test de Latin NCAP (ver nota). Así, la esencia tecnológica de la compañía japonesa salió a la luz y, junto con el afamado buen servicio de postventa, le dio otros argumentos a Toyota para posicionar el primer compacto que vende en Argentina.
Debemos confesar que, más allá de algunos detalles subjetivos, en nuestro contacto con la versión XLS 5 puertas (con un precio actual de $104.600) el auto nos sorprendió gratamente por su confort de marcha, habitabilidad y terminaciones de buena calidad. Veamos.
A bordo
Indudablemente, en su versión hatchback, el esperado “auto chico” de Toyota es mucho más agraciado que su hermano sedán, pero a la vez sigue siendo cómodo en las plazas traseras y con un baúl aceptable (270 litros), a pesar de que su distancia entre ejes es 9 cm menor. ¿Cómo? Sí, el bi-cuerpo mide 3.777 mm de largo (contra 4.265 mm del sedán) con una batalla de 2.460 mm (frente a 2.550 mm) y la capacidad de su baúl es de 270 litros (562 litros en el tri-cuerpo).
¿Cómo se consiguió este espacio? Alcanza con ver la posición del eje trasero, bien al final del auto (las ruedas están al borde del paragolpes), algo que se suma a la baja ubicación del cojín del asiento lo que permite que atrás dos adultos viajen cómodos, con espacio para rodillas y buena distancia al techo.
En lo referente al equipamiento de confort su dotación aprueba con lo justo. Incluye un potente aire acondicionado de muy buen funcionamiento y un equipo de sonido con reproductor de cd, mp3, puerto USB, que en esta versión le suma mandos al volante. A esto le agrega cierre de puertas a distancia y apertura del depósito de combustible desde el interior.
¿Un detalle? Tiene guantera refrigerada. ¿Una rareza? El crique está dispuesto por debajo del asiento del conductor, a pesar de que el neumático de auxilio se guarda debajo del piso del baúl.
La calidad de la plancha y de los interiores de puerta son más que aceptables, cuenta con varios espacios porta-objetos pero carece de bolsillos revisteros en los respaldos de las butacas.
En materia de seguridad ofrece doble airbag frontal, frenos con ABS y EBD de muy buena respuesta, faros anti-niebla delanteros y alarma sonora con testigo luminoso de aviso de colocación de cinturón de seguridad. No cuenta, en cambio, con apoyacabezas ni cinturón de seguridad de tres puntos en la plaza central trasera, algo que deberá ser modificado de acuerdo a las nuevas reglamentaciones vigentes.
Al volante
La visibilidad hacia atrás es buena y la posición de manejo es aceptable (con un volante de base plana, forrado en cuero y de excelente grip), pero sería mucho mejor si contara con regulación en altura de la columna de dirección, de la butaca y del cinturón de seguridad (los anclajes están fijos en el parante).
Y hablando de faltantes no podemos dejar de mencionar la ausencia de regulación eléctrica de espejos retrovisores, de one touch en las ventanillas, de computadora de a bordo, de entrada auxiliar para el equipo de audio, y de tecla de cierre centralizado (se activa cerrando manualmente la puerta del conductor).
Las butacas son duras, con buena sujeción y una tela de agradable diseño y calidad que aparenta soportar el uso intensivo, los que son de calidad mejorable son los apoyacabezas.
Respecto de la polémica ubicación de los relojes, en el centro de la plancha, podemos decir que prácticamente no lo miramos; al segundo día del contacto nos olvidamos de su presencia. Y, a decir verdad, lo que más nos molestó no fue dónde fueron dispuesto sino su diseño, su inclinación y su serigrafía, compleja de asimilar a simple vista. De todos modos, de ese panel, lo que menos nos gustó fue el tamaño reducido (mínimo) del display digital del medidor de combustible (que incluye a su vez un odómetro total y parcial).
La dirección eléctrica y la suspensión, en tanto, son dos de los ítems más destacables del Etios: en ambos casos se disfruta tanto en ciudad como en ruta; lejos de lo que se podía esperar, es un auto que no muestra excesivos rolidos ni comportamiento extraños en curvas, aún a alta velocidad.
El motor de 1.5 litros, 16 válvulas y 90 cv @ 5.600 rpm, por su parte, es silencioso, denota un andar sereno, se muestra ágil en tránsito urbano gracias a un torque neto 132 Nm disponible a partir de las 3.000 rpm. Este cuatro cilindros de 8 válvulas se complementa de manera impecable con una transmisión manual que ofrece buenas relaciones y una selectora precisa y sin ruidos.
A 100 km/h viaja relajado a un régimen de 3.100 rpm mientras que a 130 km/h lo hace a 4.000 rpm; el consumo en uso mixto a lo largo de nuestro contacto estuvo en el orden de los 7 l/100 km.
Conclusión
El Toyota Etios es una compra 100% racional, ideal como primer auto de un joven o segundo para una familia tipo. Sus pilares fundamentales no están a la vista: su mecánica casi libre de mantenimiento (su distribución es por cadena y no por correa), su postventa (con repuestos y servicios económicos) y su garantía de 3 años o 100 mil km.
Más de 5 mil unidades vendidas desde su reciente lanzamiento, que tuvo una política agresiva de precios, dan cuenta de la aprobación del público.