No, aunque parezca, no es un concept car. Se trata del Citroën C4 Cactus y su comercialización está prevista para fines del primer semestre de este año en Europa. “Más diseño, más confort, más tecnología útil, y todo para un presupuesto controlado”, así lo describió Frédéric Banzet, director general de la marca francesa.
Es un SUV compacto muy personalizable y que apunta a diferenciarse de sus rivales en un segmento disputadísimo, gracias a un diseño particular que conserva mucho del diseño del primer prototipo.
Su característica principal son los llamados “airbumps”, unos paragolpes de Thermo Plastique Uréthane (TPU) con aire en su interior que no sólo se ubican al frente y atrás sino también a los costados, protegiendo las puertas de golpes involuntarios. Acá es cuando uno imagina un carrito de supermercado yendo directo al centro del C4 Cactus y salir rebotando contra otro auto, como en un pinball.
Como son su señal distintiva, se ofrecerán en cuatro colores (Black, Grey, Dune y Chocolate) y se los podrá combinar con los diezo colores de carrocería y los tres ambientes del interior.
Mide 4.160 mm de largo; 1.730 mm de ancho; 1.480 mm de alto y dispone de una distancia entre ejes de 2.600 mm. Su peso, además, es de apenas 965 kg gracias a que cuenta con elementos de aluminio como el capó y el pilar C. Cuenta con capacidad para cinco pasajeros gracias a un banco trasero prácticamente plano, cada uno con su apoyacabezas y cinturón de tres puntos.
La iluminación del habitáculo está garantizada por su techo panorámico de vidrio que, a su vez, incluye un tratamiento térmico que protege de los rayos UV.
Por el momento poco se anticipó acerca de sus motores, sólo se dijo que serán más que eficientes en cuanto a consumo y emisiones contaminantes.
Nuevos modos de compra
Para el lanzamiento del C4 Cactus, Citroën dispuso “un nuevo modo de consumo más sustentable” a través de dos formas de compra:
-Una oferta personalizable, que permite al cliente elegir un paquete mensual en función de su presupuesto y prestaciones que realmente necesita.
-Una oferta de compra “por kilómetro” (disponible según el país), con la promesa para el cliente de sólo pagar lo que consume realmente, en función del kilometraje realizado.
Sí, como si se tratara de un teléfono celular, la marca del doble chevrón apuesta a vender sus autos según el uso que le dan sus clientes. ¿Funcionará? Habrá que darle crédito a Citroën, que lleva la innovación en su adn.
