Toyota Australia anunció este lunes que dejará de producir vehículos en ese país desde fines de 2017. La marca japonesa agregó que pasará a ser una empresa nacional de ventas y distribución. La confirmación la hizo el presidente de la filial local, Max Yasuda, acompañado del presidente y CEO de Toyota Motor Co, Akio Toyoda.
Actualmente, Toyota fabrica en el gigante de Oceanía los modelos Camry, Camry híbrido y Aurion, así como motores de cuatro cilindros. Según explicó la automotriz en su sitio web esta “decisión no se basa en un solo factor. Los factores de mercado y económicos que contribuyen a la decisión incluyen el dólar australiano desfavorable que hace inviables las exportaciones, los altos costos de fabricación y bajas economías de escala para la producción de vehículos y nuestra base de proveedores locales”.
El mercado australiano es muy heterogéneo y los consumidores se inclinan por vehículos importados, lo que complica a los productores locales. Toyota lo definió como “uno de los mercados de automóviles más abiertos y fragmentados en el mundo” lo que junto con “el aumento de la competitividad, debido a acuerdos de libre comercio actuales y futuros, no hacen viable continuar la fabricación de autos en Australia”.
“Esta es una noticia devastadora para todos nuestros empleados que han dedicado sus vidas a la empresa durante los últimos 50 años”, dijo Yasuda. “Mientras hemos estado emprendiendo la enorme tarea de transformar nuestro negocio en los últimos dos años, nuestro pueblo se nos han unido en el mismo viaje, lo que hace que sea aún más difícil de anunciar esta decisión”, agregó.
Max Yasuda, presidente de Toyota Australia.
“Hicimos todo lo que pudimos para transformar nuestro negocio, pero la realidad es que hay demasiados factores que escapan a nuestro control que hacen inviable la construcción de coches en Australia. A pesar de que la empresa ha obtenido beneficios en el pasado, nuestras operaciones de fabricación han seguido generando pérdidas a pesar de nuestros mejores esfuerzos”, consignó Yasuda.
“Nuestro objetivo ahora será el de trabajar con nuestros empleados, proveedores, gobierno y los sindicatos mientras hacemos la transición a una empresa nacional de ventas y distribución. Servicios de apoyo estarán disponibles para nuestros empleados y vamos a hacer todo lo posible para minimizar el impacto de esta decisión en nuestros empleados y proveedores”, se anticipó.
Toyota comenzó a producir en Australia en 1963 y actualmente unos 2.500 empleados están directamente involucrados en la fabricación de vehículos Toyota y serán quienes se verán directamente afectados cuando la planta cese de en 2017. También habrá un impacto sobre las divisiones corporativas de la compañía, que se estudiarán en los próximos meses para determinar qué roles y funciones se mantendrán a futuro, cuando la marca japonesa se dedique sólo a importar sus modelos.
Otras marcas, la misma decisión
La determinación de Toyota es similar a la que ya habían adoptado otras automotrices como Ford y General Motors (GM). En mayo de 2013, Ford anunció que dejará de producir en Australia desde octubre de 2016, lo que supone la pérdida de unos 1.200 puestos de trabajo en sus plantas de Geelong y Broadmeadows, al norte de Melbourne; la marca del óvalo inició actividades en ese país en 1925.
En tanto, en diciembre pasado fue GM la que anticipó que la histórica marca Holden, de una larga tradición en Australia desde su creación en 1856, desaparecerá de ese país cuando se dé por finalizada la producción a fines de 2017. La decisión de GM supone la pérdida de 2.900 puestos de trabajo, unos 1.600 en la planta de Holden ubicada en Australia del Sur, y el resto en la de Victoria; de todos modos se calcula que este cierre afectará a unas 33.000 personas.
Esto deja a Australia totalmente sin producción automotriz debido a que Mitsubishi ya había dejado el país en 2008.
