Este martes, la misión del gobierno argentino en Brasilia, Brasil se volvió con una buena noticia: se llegó a un principio de acuerdo para equilibrar el déficit comercial que existe con ese país en el rubro automotor.
Los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Industria, Débora Giorgi, con sus pares brasileños de Industria y Comercio, Mauro Borges, y de Hacienda, Guido Mantega, junto con representantes de automotrices de ambas naciones (VW, Chevrolet y Fiat) se sentaron a negociar y definieron que Brasil comenzará a comprar mayor cantidad de autopartes argentinas (no unidades terminadas).
De esta manera, se irá revirtiendo el déficit comercial que en el sector autopartes alcanzó u$s 2.767 millones en 2013, gran parte del rojo total que alcanzó los u$s 3.100 millones con el vecino país.
Este encuentro se dio en el marco de una caída en la producción automotriz del 8,4% en Brasil durante el primer trimestre, y del 16% en Argentina, según cifras de las cámaras empresarias.
“En la experiencia de más de 30 años que tengo participando de reuniones en el ámbito del Mercosur vinculadas con el sector, puedo decir que luego del encuentro de ayer hay muchas posibilidades de reactivar el comercio porque existe la voluntad política de hacerlo”, expresó Fabio Rozenblum, presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC).
Cómo sigue la historia
¿Esto resuelve el problema? No, en absoluto, de hecho la semana que viene (martes y miércoles) ambos equipos volverán a reunirse en Brasilia para definir la llamada “letra chica” de este acuerdo.
El tema de fondo, según la mirada de Argentina, es conseguir que Brasil compre más autos fabricados en nuestro país y deje de priorizar -como lo hizo en el último tiempo- productos de otros orígenes.
Esto se debe a que el acuerdo bilateral que regulaba las exportaciones e importaciones de vehículos entre ambos países venció en junio de 2013 y no se renovó. Y de no replantearse una prórroga del mismo se daría paso a la liberación total del intercambio en este rubro, cosa que el gobierno argentino busca evitar.
Brasil anticipó que habrá una línea de créditos para las terminales radicadas en ese país tendiente a financiar las exportaciones de automóviles hacia el mercado argentino, pero antes se debe definir el cupo de unidades para no volver a caer en un desequilibrio comercial.
Nada está definido, eso está a la vista; mientras tanto, las ventas de 0 km de uno y otro lado de la frontera muestran importantes caídas. Por eso, una vez que se concluya esta misión, habrá que hacer “la tarea” en casa para reactivar el mercado interno.