Las calles de Beijing, China fueron testigo del comienzo de una nueva era, el arranque del campeonato FIA de la Fórmula E, la Fórmula 1 eléctrica. Y lejos de lo que muchos esperaban, la flamante categoría tuvo todos los condimentos que le gustan al público del automovilismo: una interesante largada, roces, sobrepasos, estrategia, trabajo en boxes y hasta un final inesperado.
El triunfo de esta primera competencia fue para el piloto brasileño Lucas di Grassi, del equipo Audi Sport ABT, con un tiempo total de 52m23s413, un promedio de 127.5 km/h y una marca de 1m46s718 para su vuelta más rápida.
Di Grassi fue escoltado po rel francés Franck Montagny, del Andretti Autosport, y el inglés Sam Bird, del Virgin Racing, luego de que se penalizara al tercero en pista, el alemán Daniel Abt, del Audi Sport ABT.
“He tenido suerte pero también estaba en el sitio correcto”, reconoció Di Grassi. ¿Por qué? Porque desde el inicio de la prueba, el dominador absoluto fue el francés Nicolas Prost -hijo del tetracampeón mundial de Fórmula 1, Alain Prost– quien horas antes había logrado la pole, al mando de su monoposto del equipo e.dams Renault.