En momentos como el actual, donde no hay precios de referencia, en los que los dólares escasean y la inflación creciente puede cambiar de un día para otro las listas de precios, suelen aparecer también oportunidades. Liquidaciones de stock o verdaderas ofertas surgen y quienes cuenten con el efectivo pueden hacer un verdadero negocio, si se mueven rápido, claro.
Es el caso de MINI, marca del Grupo BMW, el importador más castigado por este gobierno, que salió a vender diez unidades “a precio 2013”. Según consignan los legales de esta promoción -por los 10 años de MINI en el país- es válida para diez autos que ya están en diferentes concesionarios del país, de los cuales ya se vendieron tres. Se establece que el “valor de la unidad a precio en dólares a diciembre 2013, a tipo de cambio oficial al momento de la compra”.
A capear el temporal
A pesar de ser una marca con una clientela fiel MINI (y todo BMW) hace malabares para subsistir. Hace tres años que la red de concesionarios sobrevive como puede con un cupo de unidades muy reducido e inferior al que podrían comercializar.
Incluso el personal de la compañía sufrió sucesivos recortes y está al límite de su capacidad a la espera de que pase “el temporal”. Y hasta el propio presidente de BMW Argentina, el mexicano Alejandro Echeagaray, dejó la sede de Tortuguitas para establecerse en Brasil.
“Hay que apelar al ingenio y aguantar como podamos, manteniendo fuerte la posventa y demostrándole a los clientes que estamos con ellos, esperando un cambio”. Eso nos dijo hace algunas semanas un alto ejecutivo de otro importador, en eso están las marcas, esperando.
