“La venta está complicada. Pero no por una caída en la demanda o por el encarecimiento de las unidades. Si no se vende más, es porque no tenemos oferta disponible”. La frase pertenece a Dante Álvarez, vice presidente de la Asociación de Concesionarios de Automotores de Argentina (ACARA), en referencia al magro arranque de 2015.
En declaraciones al diario Clarín, Álvarez indicó que tras un enero con caídas en los patentamientos de casi el 40%, “hacia febrero esperamos un escenario similar”.
¿El motivo? “Las fábricas no nos están suministrando los autos y nos estamos comiendo el stock que nos queda”, reconoció el empresario.
El conflicto parece no tener una pronta solución porque las automotrices radicadas en el país ya expresaron en reiteradas oportunidades la necesidad de contar con divisas para poder importar unidades y autopartes. Hay que recordar que gran parte de los vehículos más vendidos del mercado argentino se produce fronteras afuera, aunque más no sea en Brasil, mientras que localmente se fabrican modelos que -encima- están siendo complicados de colocar en el exterior.
Mientras tanto, el gobierno nacional salió al cruce de estos reclamos y se quejó ante las terminales por los aumentos en las listas de precios, a los que consideró desmedidos. Y su planteo se redujo a que no habrá cambios en las cuotas de divisas si no hay modificaciones o rebajas en los precios de los 0 km.
El gobierno asignó sólo un cupo mensual de u$s 100 millones mientras que las automotrices recalama que se aumente a u$s 250 millones para operar con mayor holgura.
Mientras se suceden los dimes y diretes, el stock de las concesionarias se va acabando y el negocio se torna insostenible.
