Ya lo habíamos anticipado hace dos años y medio atrás (ver nota) y ahora es una realidad: tras 68 años, Land Rover puso fin a la producción del Defender, su todo-terreno más emblemático.
A este auténtico mito de la industria automotriz, del que se han fabricado más de 2 millones de unidades, le llegó el momento de jubilarse debido a la imposibilidad de sumarle mayor equipamiento de seguridad, según lo exigen las diferentes normas alrededor del mundo.
El Defender dejará paso en 2018 a un sucesor que ocupará su lugar en la línea de producción de la fábrica de Solihull, ubicada a 15 km al sudeste de Birmingham; allí, donde sus 700 empleados actuales se reunieron junto a ex empleados para ver de cerca a la última unidad, un Defender 90 Patrimonio Soft Top.
A su vez, también tuvieron la oportunidad de tomarse fotos y hasta manejar algunos de los modelos más importantes de la historia de Defender, incluyendo la primera pre-producción “Huey” Serie I y el última, que pasará a formar parte del museo de Land Rover.
Se anunció además que se pondrá en marcha un programa de restauración Heritage, con técnicos especialistas, que utilizará las instalaciones de Solihull para devolverle la vida a diferentes vehículos de la marca en manos de clientes.
Defender con corona
El Land Rover Defender tuvo y tiene miles de fanáticos en todo el mundo pero la Reina Elizabeth es -sin lugar a dudas- la más famosa y reconocida. Desde su lanzamiento al mercado, la familia real británica ha decidido usar las diferentes generaciones y versiones de este modelo en actos protocolares dentro y fuera de Gran Bretaña, contribuyendo a la divulgación del mito.
Pero la propia Elizabeth lo elegía como vehículo de paseo y para hacer sus excursiones a la campiña, poniéndose al volante y divirtiéndose en el barro. Sólo lo reemplazó con el Discovery, el último modelo que la reina (que acusa 89 abriles) manejó.