Pintado de azul metalizado con algunos detalles de chapa, un tapizado de cuero muy deteriorado y un motor V8 que no luce del todo limpio para algún desprevenido este auto no puede valer más que algunos miles de dólares. Sin embargo se trata de una pieza única, de un auténtico hito de la historia del automóvil.
Estamos ante el primer ejemplar del Shelby AC Cobra conocido como “chasis CSX2000”, el cual acaba de ser subastado en Pebble Beach por u$s 13.75 millones, por lo que se convirtió en el auto por el que se ha pagado más dinero. El récord anterior databa de 2011 cuando se pagaron u$s 11 millones por un Ford GT 40 Gulf/Mirage de 1968.
El CSX 2000 fue el prototipo del Shelby Cobra, la máxima creación del piloto Carroll Shelby, quien lo conservó hasta sus últimos años de vida (murió en 2012) en su estado original, exhibiéndolo en distintas muestras, usándolo en diversas pruebas de manejo e incluso en su escuela de manejo.
El primero de una saga
Shelby fue desde muy joven un amante de los roadsters, como el MG con el que compitió. Es por eso que cuando se decidió a fabricar un deportivo optó por desarrollarlo spbre otro biplaza inglés como el AC Ace, que venía dotado del motor Bristol.
El hecho de haber hecho podio en Le Mans le abrió las puertas para que Ford accediera a darle un flamante V8. Según los datos de entonces, con este 4.3 litros superó en pista la marca de los 250 km/h y completó el 0 a 100 km/h en algo más de 4 segundos.
Como Shelby necesitaba financiación para su proyecto, le ofreció el auto a la prensa para que lo probara. Y para simular que tenía fabricados más de este único modelo, antes de prestarlo lo pintaba de distintos colores para que en las revistas fueran publicadas diferentes imágenes. Es por es que durante mucho tiempo se creyó que había varias unidades del CSX 2000.
El auto fue exhibido de color amarillo en el Salón de Nueva York de 1962 y poco tiempo después, Ford accedió a ayudar a Caroll Shelby, dándole sus motores V8 e iniciando una saga.
Sin este prototipo, y la habilidad de este texano, no hubiese la marca del óvalo no se habría fijado en él por lo cual no hubiese existido todo lo que ocurrió después como el triunfo de los GT40 en Le Mans que devino en la creación de los Mustang Shelby GT350 y GT500, así como mucho tiempo después el Dodge Viper.