Habitualmente tenemos la posibilidad, y el gusto, de tomar contacto con modelos de reciente lanzamiento al mercado. Pero en contadas ocasiones, como en este caso, podemos probar un modelo de una marca que acaba de llegar al país y que aún no comercializó ni una sola unidad.
Los primeros tres autos patentados por Geely pertenecen a la empresa y uno de ellos, con apenas 25 km, llegó a nuestras manos para ser los primeros en probarlo y echarlo a rodar por las calles y rutas argentinas, toda una responsabilidad.
Ya hemos hablado bastante acerca de esta marca china (ver notas acá) que desembarcó de la mano del grupo uruguayo Fiancar, que la representa desde varios años del otro lado del Río de la Plata. Llegó el momento de poner el foco en este producto, uno de los cinco que ya están a la venta: el Geely 515 hatchback.
Exponente del segmento B, cuenta con una silueta con genes italianos ya que su diseño fue un encargo a Fabrizio Giugiaro, ex propietario de Italdesing y desde algunos años abocado a la creciente industria china. De ahí que muchos le encuentren similitudes con el Fiat Punto que fue diseñado por su padre, Giorgetto Giugiaro.
El 515 es un hatch de líneas redondeadas con una acentuada cintura ascendente y un frente prominente en el que los faros le confieren una mirada de ojos rasgados, y una “nariz” marcada por una parrilla de gran tamaño en forma de trapecio invertido con el logo en el centro.
Un detalle: el emblema del 515 no es el actual de Geely, ya que cambió recientemente (pasó de un círculo a uno compuesto por seis cuadrantes).
A bordo
Antes de subirnos al 515 vale la pena repasar algunos de sus datos básicos. Es un cinco puertas que mide 3.971 mm de largo; 1.745 mm de ancho y 1.506 mm de alto, con una distancia entre ejes de 2.461 mm. Para que sirva de referencia, son medidas similares a las del Volkswagen Gol: 3.899 mm; 1.656 mm; 1.464 mm y 2.465 mm.
Estas dimensiones garantizan un buen espacio en todas las plazas, con una altura al techo adecuada para cualquiera de los cinco ocupantes (incluso el central trasero puede ir cómodo porque en el piso no hay túnel ni nada que lo moleste).
La calidad percibida es de buena para arriba en cuanto a revestimiento de techo, alfombras y plásticos de la plancha, destacándose la consola central, los bordes símil cromado de salidas de aire, posa-vasos y palanca de cambios, así como el falso aluminio de volante y el frente del tablero.
También resaltamos la presencia de doble burlete en las puertas que hace más silencioso el habitáculo y evita el ingreso de viento y polvo.
El nivel de equipamiento es correcto, al menos en esta versión GL. Tiene un aire acondicionado electrónico de muy buen funcionamiento; sistema multimedia con pantalla táctil de 7″ con lector de SD, puerto USB y conectividad Bluetooth para celular (no tiene GPS ni cámara de retroceso); alza-cristales en las cuatro puertas con one touch para todas (aunque sólo para bajarlos); espejos retrovisores con mando eléctrico; cierre centralizado con mando a distancia; apertura interna del depósito de combustible; porta-anteojos; sensores de estacionamiento trasero, alarma y mando a distancia tipo sevillana.
¿Qué le faltaría? Un volante multi-función para operar el sonido y la conectividad del celular; que la columna de dirección se ajuste en profundidad; regulación en altura de la butaca del conductor; espejo retrovisor interno foto-cromático; una computadora de abordo más completa y con display de mayor tamaño.
También resulta curioso que no cuente con una luz de puertas abiertas (ni luces de lectura ni un plafón en el centro del techo).
¿Qué no nos gustó? El escaso tamaño de la guantera (que no tiene luz ni cerradura), que las ventanillas no bajan totalmente (tanto adelante como atrás quedan unos centímetros arriba) y que los relojes elegidos cuentan con un diseño anticuado; la tela de los tapizados no está mal pero podría ser mejor.
En materia de seguridad, aspecto en el cual los autos chinos son puestos bajo la lupa, el 515 cumple y supera la media. ¿Qué nos anima a afirmar esto? Porque además de cumplir con la reglamentación vigente (doble airbag, frenos con ABS y luces diurnas) suma EBD; tercer apoya-cabezas en la plaza central trasera; regulación en altura para los cinturones delanteros; cinturones de seguridad de tres puntos para todos los ocupantes; ganchos ISOFIX para sillas de niños; alarma luminosa y sonora de cinturón de seguridad desabrochado; cierre automático de puertas en velocidad y faros anti-niebla delanteros y traseros.
Como una “rareza” propia de un auto oriental, tiene la particularidad de que se encienden las balizas (durante 30 segundos) al abrir cualquiera de las puertas poniendo en aviso al entorno sobre esta maniobra.
Dato: de fábrica el 515 viene con una alarma sonora que suena al superar los 120 km/h (la velocidad máxima de China) la cual no se puede desactivar; el viaje de Cosas de Autos quizás haya sido el único en Argentina en soportar este molesto pitido que el área de posventa de Geely desactivará en las unidades que se comercialicen localmente.
El baúl es uno de los aspectos que más nos gustó (y sorprendió gratamente) de este modelo. Cuenta con apertura desde el control remoto, una capacidad de 260 litros (285 es la del VW Gol) y una boca de buen tamaño; pero donde se destaca es por la calidad de los materiales que lo componen.
La llamada bandeja que cuelga del portón es de un grosor muy superior al de un segmento B del Mercosur y el piso no es una simple alfombra sino que está dada por un prolijo terciado en toda su superficie.
A esto le suma que por debajo se guarda el neumático de auxilio homogéneo (aunque con llanta de chapa) y a sus costados se disponen las herramientas y las balizas, cada una en su espacio determinado para que no estén sueltas haciendo ruido o en una bolsa ocupando espacio.
Al volante
Manejamos el 515 por casi 900 km y la sensación que transmite desde el puesto del conductor contradice el prejuicio que se tiene respecto de un auto chino de este segmento y valor. Esto se comprueba en la calidad y grip del volante como del pomo de la palanca de cambios y la sujeción lateral de la butaca.
También es buena la visibilidad hacia todos lados, incluso hacia atrás por la luneta con los tres apoya-cabezas erguidos, como hacia las esquinas a través de la ventanilla del pilar A.
De todos modos nos hubiese gustado un cojín de mayor densidad (en trayectos largos el cojín blando cansa más las piernas), y poder regular en altura la butaca y en profundidad la columna de dirección.
En lo que respecta a la mecánica estamos ante una motorización naftera Getec de cuatro cilindros y 16v, con sistema de distribución variable dual (DVVT) de 1.5 litros que entrega una potencia de 100 hp @ 6.000 rpm y un torque de 141 Nm @ 4.000 rpm. (Nota: en la ficha técnica que dio a la prensa, Geely dice 110 hp pero en el manual del auto indica que tiene 75 Kw que equivalen a 100,5 hp).
La tecnología DVVT consiste en la variación del tiempo de apertura y cierra de las válvulas dependiendo de las revoluciones para -por un lado- reducir el consumo de combustible y -por el otro- mejorar la respuesta del motor.
Y esto lo comprobamos empíricamente cuando al acelerar el 515 superamos las 2.000 rpm; aproximadamente a partir de las 2.200 rpm notamos que el motor empuja más, que el auto se torna más ágil, incluso a baja velocidad y en tercera marcha y sin necesidad de realizar un rebaje.
Otro beneficio del DVVT es que los motores son más silenciosos y podemos decir que en este Geely se cumple incluso hasta por encima de las 3.500 rpm. Vale mencionar que a 100 km/h transita a 2.500 rpm y a a 130 km/h lo hace a 3.100 rpm y para nada se lo percibe rumoroso.
Ante la ausencia de medidor de consumo (tanto promedio como instantáneo) lo que hicimos fue calcular el total que nos dio con un tanque (en este caso el primer tanque histórico del auto, ya que lo recibimos ¡con apenas 23 km!).
Al momento de hacer la recarga habíamos recorrido 496 km (siempre con aire acondicionado y combinando ciudad + ruta), estaba con la luz de reserva encendida y el dato de la computadora indicaba que quedaba unos 28 km de autonomía (524 km), esto quiere decir que hicimos en el promedio un total de 12 km/l; lo recargamos hasta el corte con Super de Shell, y entraron exactamente 41,2 litros.
Y con en el segundo tanque (que tiene una capacidad máxima de 45 litros) recorrimos 388 km y según la computadora nos quedaba una autonomía de 121 km, con los que totalizará 509 km. Las mediciones no son exactas y además es esperable que a medida que esta unidad recorra sus primeros kilómetros las cifras se vayan modificando pero al menos sirven de referencia.
“¿Qué tal es su andar?” fue la pregunta que más escuchamos por estos días. Y la respuesta fue siempre la misma: tiene un buen confort de marcha y se lo nota bien firme; el tren delantero no transmite golpes ni ruidos y en el interior no se perciben “grillos”, aún ante el tránsito por caminos de tierra o empedrado.
La dirección tiene una asistencia correcta tanto en maniobras de estacionamiento o a baja velocidad y demuestra firmeza a alta velocidad en la ruta; sólo nos generó dudas el radio de giro. A su vez ante un volantazo, como puede ser por un esquive, el tren trasero no muestra vicios ni un rolido excesivo (aún con el vehículo descargado de ocupantes en las plazas traseras).
Respecto de la transmisión la caja de cinco velocidades demostró ser precisa y con relaciones largas; de esta forma responde adecuadamente en el tránsito urbano (en especial, y como dijimos antes, por encima de las 2.200 rpm) y relajado en quinta marcha de modo que no se “enrosca” en vueltas.
Lo que no nos gustó de la caja es el ruido al conectar algunas marchas, sobre todo de tercera a cuarta o viceversa; sin llegar a ser molesto, es algo que atenta contra su performance general.
Como es costumbre en autos de este origen, los neumáticos son de la marca china Champiro en medida 185/R65 R15 montadas sobre llantas de aleación de agradable diseño. En este contacto, que incluyó andar caminos y rutas de todo tipo de la ciudad de Buenos Aires y los balnearios de Pinamar y Cariló, demostraron ser silenciosos y comportarse adecuadamente.
Un detalle: el 515 tiene frenos de disco en las cuatro ruedas, algo que no tienen el VW Gol, el Toyota Etios, el Chevrolet Onix, el Ford Ka, el Fiat Palio, el Citroën C3, el Nissan March ni el Chery Fulwin, por mencionar algunos de sus competidores.
Conclusión
Grande es el desafío de una marca nueva como Geely para tratar de imponer sus productos. A simple vista, por relación precio-producto el 515 tiene el camino “más fácil” que el city car LC o el sedán Emgrand. La versión GL que probamos salió a la venta a $269.990 (la GS se vende a $259.990) y cuenta con tres años o 100 mil km de garantía.
Frente a sus rivales el precio es competitivo pero, al menos en esta primera etapa, habrá que ver si esto alcanza para darle un voto de confianza. La posventa será clave, más aún en un país tan extenso como el nuestro. Huanyíng (bienvenido), 515.
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DISEÑO
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SEGURIDAD
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EQUIPAMIENTO
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COMODIDAD
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