El DT de Racing, Ricardo Caruso Lombardi, es uno de los personajes del momento. Casi sin trayectoria en Primera, asumió y en pocas fechas consiguió que el equipo zafara del descenso y la promoción, catapultando su figura a las tapas de todos los diarios. Su característica principal es la de saber motivar a los jugadores mediante incentivos. Arrancó con unos televisores LCD que pagó de su bolsillo, después los consiguió por canje y finalmente la última tanda de 4 LCD la puso el ex presidente Néstor Kirchner.
Pero el premio mayor por cumplir con los objetivos que había prometido Caruso era un auto 0 Km. más precisamente hizo mención a un Fiat Palio que, seguramente, conseguiría sin poner un peso. Sin embargo, a último momento reapareció en escena otro personaje de Racing: Daniel Lalín, aquel que recibió el redoblante en su cara cuando anunció que el club dejaba de existir. Sí, Lalín -que perdió las últimas elecciones en el club- cayó ayer en la práctica de la Academia junto al empresario Miguel Jiménez con una Hyundai Tucson negra para el plantel. Los muchachos que están felices y ya decidieron venderla y repartir el dinero (u$s 36.000). Sale Palio, entra Tucson. Buen cambio, ¿o no Don Niembro?