El Papa Francisco recibió este lunes a los directivos y personal de la Dirección Central para la Policía Urbana y Ferroviaria de Roma, a los que les dio las gracias por su trabajo y la protección que prestan a los ciudadanos. Sin embargo, también les recordó que “el contacto constante con las personas significa que su profesionalismo no se mida solamente por la elevada capacidad que se les pide, sino también por una profunda rectitud”.
“La realidad de que existe un desencuentro entre el bien y el mal que se consuma en nuestro mundo y, por tanto, dentro de nosotros. Conscientes de este desafío decisivo, sería malo consentir el mal o pretender mantenerse neutral frente a él”, dijo el Sumo Pontífice. “Todos lo debemos hacer, pero ustedes están en primera línea en el contraste de quien ofende al hombre, crea desórdenes y fomenta la ilegalidad, obstaculizando la felicidad y el crecimiento de la persona, sobre todo de los más jóvenes”.
Francisco reconoció que en el mundo actual la policía tiene una tarea compleja para “detectar infracciones, regular el tráfico, prevenir, socorrer y dar cuenta de los accidentes”. Por eso les pidió a los agentes no hacer uso de la violencia cuando tengan que realizar controles de seguridad y también afirmó entender que se tienen que enfrentar a las ideas que poseen muchas personas contrarias a ellos.
Al mismo tiempo, los instó a hacer uso de la misericordia “en las innumerables situaciones de debilidad y de dolor que afrontan cada día, no sólo en el caso de los siniestros que se producen, sino también en el encuentro con las personas necesitadas o con problemas”.
El Papa lamentó “el escaso sentido de responsabilidad de muchos conductores, que a menudo ni siquiera se dan cuenta de las graves consecuencias de su desatención (por ejemplo, con el uso indebido de teléfonos celulares) o de su desaprensión”.
Pidió evitar que las “rutas se transformen en pistas de Fórmula 1” y “el cruce de semáforos en la línea de salida de un Gran Premio”. A su juicio, las sanciones “no son suficientes para aumentar la seguridad, sino que se necesita una acción educativa que permita una mayor toma de conciencia de la responsabilidad que se tiene con los que viajan a nuestro lado”.
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