Y alguna vez iba a ocurrir. El 18 de marzo de 2018 quedará en la historia como el día en el que por primera vez un peatón murió tras ser embestido por un auto autónomo. Pasó en la ciudad de Tempe, en el estado estadounidense de Arizona donde un vehículo perteneciente a la flota de Uber atropelló a Elaine Herzberg, de 49 años.
Según el informe preliminar de la policía local, la víctima cruzaba fuera del cruce peatonal durante la noche (presuntamente en bicicleta o junto a ella) cuando fue golpeada por un Volvo XC90 que se encontraba en modo autónomo, aunque había un conductor detrás del volante. La mujer fue llevada a un hospital cercano donde murió más tarde.
Uber anunció que detuvo las operaciones de autocontrol en Phoenix, Pittsburgh, San Francisco (EE.UU.) y Toronto (Canadá) como resultado de la colisión mortal. “Nuestros corazones están con la familia de la víctima. Estamos cooperando plenamente con la policía de Tempe y las autoridades locales mientras investigan este incidente”, dijo Uber en su cuenta oficial y verificada de Twitter.
Por su parte el CEO de Uber, Dara Khosrowshahi, también expresó sus condolencias en su cuenta de Twitter: “Unas noticias tristes desde Arizona. Nuestros pensamientos están con la familia de la víctima mientras trabajamos con la policía local para entender qué sucedió”.
Como era de esperar, las respuesta al twwet de Khosrowshahi no se hicieron esperar. La primera de ellas -con gran cantidad de RT y FAV, dice: “¿Entender lo que pasó? Su tecnología no es segura, y una persona inocente está muerta. Eso es lo que pasó. Obvio.”
El mismo usuario (@casablanca9909) replicó: “Creo que los autos autónomos son una buena idea. Y entiendo que inevitablemente habrá accidentes. Sólo pienso que esta tecnología no ha avanzado hasta el punto en que está lista para los caminos públicos”. Buen razonamiento.
Cómo funciona un auto autónomo
Diferentes automotrices y empresas de tecnologías están trabajando en el desarrollo de vehículos autonómos que basan su manejo en la “lectura” del entorno que el auto hace a través del uso de múltiples cámaras y sensores.
En cuestión de fracciones de segundo, la información del camino y el entorno es guardada en un procesador que comanda el vehículo y decide qué hacer ante determinadas circunstancias: frenar, esquivar, doblar, acelerar, disminuir la velocidad, etc.
Las cámaras interpretan si delante tienen un objeto, una persona, un animal, etc. y son capaces de identificar señales de tránsito. Mediante la inteligencia artificial, la información recopilada en los cientos de kilómetros recorridos permite predecir las reacciones y perfeccionar el funcionamiento de los autos autonómos.
Varios estados de EE.UU. decidieron autorizar la circulación de este tipo de vehículos durante su fase de desarrollo, como una manera de colaborar y acelerar los tiempos. Los vehículos en todo momento cuentan con un conductor que puede tomar el mando de ser necesario pero, al menos en este caso, parece que no fue suficiente.
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