Las autopartistas argentinas en alerta: 47 empresas cerraron de 2009 a 2020

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Fábrica Santa Isabel de Renault
La Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC) dio a conocer hoy la dura realidad que atravisen las empresas autopartistas, algo agravado por la pandemia de COVID-19 que paralizó la producción y obligó al cierre definitivo de varias de ellas.

A través de un informe, AFAC “insta a la cadena de valor automotriz y a las autoridades a que tomemos cabal conciencia de la gravedad en la que se encuentra el sector automotor de nuestro país, en particular el sector autopartista”.

“Entre 2009 y la actualidad, han cerrado actividades productivas unas 47 empresas de la actividad autopartista, 17 de ellas en 2019 y lo que va de 2020. Adjuntamos dicho listado”, señala la entidad.

Un sector golpeado
El informe señala que sin considerar los efectos de la pandemia, “desde 2011 a diciembre de 2019 se perdieron 15 mil empleos directos en el autopartismo, cayendo todos los años con respecto al año anterior”.

Si bien es un indicador agregado que no refiere al nivel de integración local, el ratio importaciones de autopartes por vehículo producido pasó de u$s 13.000 en 2009 a u$s 18.500 en 2019. En los últimos 10 años el déficit autopartista osciló entre u$s 4 mil y los u$s 8 mil millones, dependiendo de la cantidad de vehículos producidos. A su vez, las exportaciones de autopartes que eran u$s 2.500 millones hace 10 años, cayeron a u$s 1.500 en 2019, el 40% menos.

“Nuestro país necesita de manera urgente revertir la situación de decadencia por la que atraviesa nuestro sector. La única salida será a través el crecimiento del agregado de valor a través de la inversión, generando empleo y el aumento de la productividad que haga posible la mejora de ingresos”, remarca el sector.

Fábrica de Mercedes-Benz en Virrey del Pino

Según AFAC, existen múltiples factores que han sido determinantes en la generación de este proceso de cierres:

-La falta de estímulos y la inseguridad jurídica producida por el permanente cambio de las reglas de juego desincentivan los proyectos de inversión que se requieren para mantener una industria automotriz estructuralmente sólida y sustentable. Hay sobrados ejemplos de cambios normativos frecuentes e intempestivos en materia laboral, tributaria y financiera; como así también la inexistencia de una justicia que actúe de manera ágil, efectiva y sin interferencias.
-Altísima presión impositiva sobre etapas de producción en los tres niveles de gobierno. Por ejemplo, Ingresos Brutos grava autopartes locales y no lo hace con las importadas.
-Derechos de exportación que desincentivan ventas externas de alto valor agregado local y que excluyen de su base imponible las autopartes importadas. Reintegros que no se condicen con la realidad de la presión tributaria.
-Normas laborales rígidas y generadoras sistemáticas de contingencias judiciales. Costos laborales no salariales que perjudican tanto a empresas como a los equipos de trabajo.
-Convenios laborales arcaicos que en muchos casos datan de 1975 y dificultan trabajar de manera acorde a la productividad demandada por la actividad automotriz.
-Protección arancelaria efectiva negativa. El arancel promedio ponderado para las autopartes es del 6/7% mientras que para las materias primas es del 10/12% y para los moldes y matrices necesarios para los procesos de localización es del 35/28/14%%. Ello incita muy claramente a importar las autopartes.
-Escaso poder de influencia local sobre los procesos de decisión de las casas matrices sobre inversiones en un contexto de alta capacidad ociosa en la región.
-Abuso de posición dominante en el caso de algunos clientes. Muestra de ello, durante 2019 se solicitó a la Comisión de Defensa de la Competencia que iniciara una investigación al respecto en el caso de Renault y su relacionamiento con proveedores.
-El alto riesgo, parte por los vaivenes macroeconómicos y parte por la microeconomía de los proyectos en Argentina; y las relaciones comerciales cliente-proveedor, hace que la tasa de descuento para la evaluación de los proyectos de inversión sea entre un 40 y 70% superior en comparación con México y Brasil.
-Dificultad de acceso a la información técnica por parte del mercado de reposición independiente que genera mayores importaciones. En la Unión Europea es obligatorio la igualdad de acceso a toda la información con respecto al uso de un vehículo, sistema, componente, unidad técnica independiente, pieza o equipo.
-Escasa credibilidad sobre mecanismos de política sectorial provocada por cambios en las reglas de juego cada vez que alguna empresa incumple, como fue el caso del Flex automotriz con Brasil.
-Avance de acuerdos de libre comercio automotor (Brasil, UE) y con reglas de origen insignificantes, sin que se haya siquiera empezado un trabajo profundo para mejorar la competitividad; ni la sistémica país, ni dentro del sector.

Estos factores generan pérdida de producción, empleo, inversiones, menos exportaciones, más importaciones y un mayor desequilibrio comercial.

Listado de autopartistas que cerraron en Argentina 2009-2020 (en .pdf para descargar)

Sobre el Autor

Periodista desde 1994 y amante de los autos de toda la vida. En 2006 le di forma a este blog. ¿Más datos? Clic en la casita ->

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