El 30 de mayo se corre en EE.UU. la edición 105 de las tradicionales 500 Millas de Indianápolis, también como conocidas como Indy 500. Pero no será una carrera más ya que se trata del primer evento con asistencia masiva de público desde que se desató la pandemia de COVID-19.
Con semejante expectativa a nivel mundial, Chevrolet decidió que es el mejor lugar para que debute el nuevo Corvette Stingray Convertible, el cual lo hará como pace car; el año pasado lo había hecho el Stingray pero con techo duro en color Rojo Edge, en una edición que se corrió sin presencia de público.
La marca del moño se decidió por una unidas de color Blanco Ártico que se distingue por los calcos en negro y amarillo, cuatro luces incorporadas donde va la capota y luces estroboscópicas incorporadas en los faros, la parrilla y las luces traseras, lo que elimina la necesidad de una barra de luces como suelen llevar los autos de seguridad.
La actual generación del Corvette está equipada con un motor V8 de 6.2 litros y 495 hp, asociada a una caja manual de 8 velocidades de doble embrague, que le permite alcanzar una velocidad máxima de 312 km/h.
Corvette y Chevrolet al frente del pelotón
Será la decimoctava aparición del Corvette en la Indy 500 desde que lo hiciera por primera vez en 1978, y la primera vez que una versión cabrio será la que marque el ritmo de la carrera desde 2008.
Para Chevrolet será la vez número 32 que está presente en esta prueba con alguno de sus modelos oficiando de pace car desde 1948, ya que también lo hizo con el Camaro.
La primera vez del Camaro fue en 1967 con los RS / SS y la más reciente tuvo lugar en 2016 con el SS Edición 50 Aniversario.
Como curiosidad vale decir que el primer pace car que Chevrolet puso en la pista de las 500 Millas de Indianápolis también fue convertible: se trataba de un Fleetmaster Six-Series que tenía apenas 90 hp y una caja manual de tres velocidades.
Indy 500 VS. COVID-19
Las autoridades sanitarias conjutamente con los organizadores de la prueba dispusieron que 135 mil espectadores podrán hacerse presentes, siguiendo un estricto protocolo, lo que equivale a un aforo del 40% de la capacidad total del Indianápolis Motor Speedway que es propiedad de Roger Penske; todos deberán usar tapa-bocas, mantener distancia y controlar su temperatura al ingresar.
Durante estos meses, las instalaciones han sido uno de los puntos de vacunación de COVID-19 y lo seguirá siendo, también en los días de la previa de la carrera.
Los pilotos y los miembros de los equipos deberán seguir el mismo protocolo y exhibir sus certificados de vacunación; aquellos que elijan no vacunarse antes de que la pista abra el 18 de mayo en la previa de la Indy 500 deberán someterse a test diarios de COVID-19.
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