“No hay mal que por bien no venga”, dice el dicho popular y en este caso así deben estar pensando en GM Brasil, que anunció que parará la producción de su planta de Sao Caetano durante seis semanas.
¿El motivo? La falta de piezas (principalmente semi-conductores), a causa de que algunos proveedores siguen con demoras en la provisión por la pandemia de COVID-19 que interrumpió su trabajo en 2020 y parte de 2021.
No obstante, a la automotriz le viene bien este receso que tendrá lugar entre el 21 de junio y el 2 de agosto ya que aprovechará para preparar la línea de producción de su próxima pick-up compacta, hermana de la familia Onix y Tracker.
“Agregar un producto totalmente nuevo a una línea de ensamblaje activa es siempre un recorrido complejo, especialmente dados los desafíos tecnológicos que impone el proyecto. Por ello, la preparación de la fábrica se llevará a cabo en varias etapas, que tomarán meses cada una”, había declarado Luiz Carlos Peres, vice-presidente de Manufactura de GM Sudamérica días atrás, cuando se dio a conocer el proyecto industrial (ver acá).
Esta suspensión afectaría principalmente la fabricación de Tracker y Spin, así como de las versiones Joy de la generación anterior de Onix y Prisma.
El parate de Sao Caetano se suma al de la fábrica de Gravataí, donde se fabrica el Nuevo Onix, la cual está paralizada desde marzo; el retorno a la actividad en esta planta estaba previsto para el 1 de julio pero se postergó para el 19 de julio.
No obstante la semana pasada, GM reactivó el segundo turno de producción en su fábrica de Sao José dos Campos, donde se hacen S10 y Trailblazer.