Mercedes-Benz anunció este miércoles que acordó la venta de su planta de autos en Iracemápolis, en el interior de San Pablo a Great Wall Motors. La automotriz china se queda no sólo con el predio de 1,2 millones de m2 sino también con todos los edificios y equipos de producción que están montados en el lugar.
La venta de esta fábrica forma parte de la estrategia de la firma alemana para optimizar su red de producción. “Con la transformación de la empresa y el realineamiento de la capacidad productiva de nuestra red de producción global, estamos aumentando de forma sostenible nuestra Eficiencia productiva. Con Great Wall Motors, hemos encontrado un comprador que le dará a la planta y región de Iracemápolis una nueva perspectiva para el futuro”, declaró Jörg Burzer, miembro del consejo de administración de Mercedes-Benz AG, responsable de la gestión de la cadena de producción y suministro.
Para despejar dudas, la compañía alemana aprovechó la ocasión para confirmar que todos los propietarios de autos premium de la marca Mercedes-Benz en Brasil seguirán siendo atendidos por más de 50 concesionarias en todo el país.
“A pesar de la venta de la planta de Iracemápolis, el Grupo Daimler AG sigue comprometido con Brasil, manteniendo una fuerte presencia con sus unidades en São Bernardo do Campo (camiones, chasis de bus y agregados) y Campinas (repuestos y Atención al Cliente, Reman y capacitación global), en San Pablo; además de la planta Juiz de Fora (cabinas de camiones), en Minas Gerais. El campo de pruebas Mercedes-Benz y el centro de pruebas, que se está construyendo en sociedad con Bosch, ambos en Iracemápolis, tampoco se verán afectados”, añade el comunicado de la automotriz germana.
La planta de autos en Iracemápolis había sido anunciada en 2013 e inaugurada oficialmente en 2016, lo que le permitió a la marca de la estrella ser la única de Latinoamérica en producir camiones, buses, camionetas y autos de pasajeros. Fin de una etapa.