A quién se le ocurriría fabricar un auto de 30,54 metros de largo, invertir horas de trabajo y miles de dólares con el sólo objetivo de batir un récord mundial. A alguien que le sobre el tiempo, tenga el dinero suficiente y le guste ostentar.
Ese es el caso de Michael Dezer, dueño del Museo del Automóvil y Atracciones Turísticas Dezerland Park en Orlando, Florida, quien financió la restauración de “The american dream”, una limousine fabrica en 1986, año en el que obtuvo su primer récord Guinness.
Michael Manning, restaurador de autos y propietario de un museo de enseñanza técnica en Nassau, Nueva York, siempre se vio atraido poe este auto, al que encontró a la venta en muy mal estado en el sitio eBay e inmediatamente quiso comprarlo, pero su oferta no fue lo suficientemente alta; luego de varias idas y vueltas, logró comprarlo pero no consiguió los fondos para devolverlo a la vida, lo tuvo unos siete años u ochos tirado y lo volvió a poner a la venta en eBay.
Michael Manning, restaurador de autos fue quien lo preparó para que alcanzara el récord del auto más largo del mundo.
Ahí fue cuando apareció Dezer, que lo salvó cuando iba camino a terminar todo oxidado, a la intemperie; de Nueva York fue llevado a Florida y el inversor aceptó que sea Manning quien trabajara en el.
El proyecto costó más de u$s 250 mil contando el viaje en trailers, los materiales y la mano de obra, y tardó tres años en completarse.
“The american dream”
“El Sueño americano”, como fue bautizado originalmente, fue construido por primera vez en Burbank, California hace 36 años por Jay Ohrberg, especialista en la personaización de autos. Medía por entonces 18,28 metros, tenía 26 ruedas y era movidos por dos motores V8, uno adelante y otro atrás. Años después el propio Ohrberg decidió alargarlo hasta los 30,5 metros; ambas versiones lograron dos récords Guinnes como el auto más largo del mundo.
Basado en las limusinas Cadillac Eldorado de 1976, se puede manejar desde ambos extremos y puede funcionar como un vehículo rígido, ya que fue construido en dos partes que están unidas en el medio por una especie de bisagra que le permiten doblar en curvas cerradas.
Equipamiento bizarro
A lo largo de sus más de 30,5 metros hay espacio para llevar 75 personas, cuenta con una gran cama de agua, una pileta con trampolín, un jacuzzi, un minigolf y hasta ¡un helipuerto! “El helipuerto está montado estructuralmente en el vehículo con soportes de acero debajo y puede soportar hasta 2.200 kilos”, asegura Manning.
En su interior, que a decir verdad es oscuro y algo claustrofóbico, tiene varios televisores, un minibar con heladera y un teléfono (detalle muy de los años 80).
A pesar de que es un auto, su restaurador reconoce que “fue construido para ser exhibido” porque “realmente no podrías ponerlo en el camino porque es demasiado largo”. Un absurdo mayúsculo bien típico de los yanquis.
El interior es oscuro pero permite llevar a 75 pasajeros.
Quizá “The american dream” recupere algo de la inversión cortando tickets en el Dezerland Park Car Museum. donde ya se lo puede ver, en Orlando.
Tiene minigolf, jacuzzi y un helipuerto en la parte trasera.
